El Cádiz se lleva el Catavinos sin despeinarse

El Cádiz hizo lo necesario para adjudicarse el Trofeo Ciudad de El Puerto tras imponerse a un combativo Portuense por dos tantos a cero. Los amarillos dejaron patentes su superioridad, sobre todo en acciones puntuales, a pesar de no realizar su mejor partido de pretemporada. Fue la versión más floja de lo que se lleva de verano.

Gracia aprovechó el encuentro para probar con dos delanteros. Borja Rubiato y Rubén Pérez salieron de inicio y los goles no tardaron en llegar.

La primera ocasión de peligro sirvió para que Rubiato se estrenará como goleador esta pretemporada. El ariete aprovechó un cabezazo al larguero de López Silva para marcar a puerta vacía.

El Portuense no se amilanó y buscó la meta de Casilla. Germán lo intentó en un disparo desde la frontal del área que el portero despejó. Más tarde sería Villalba quien probó fortuna, pero de nuevo se encontró con Casilla, que desvió a córner.

El equipo amarillo bajó el ritmo, sobre todo después de una dura entrada cometida sobre López Silva. El extremo estaba siendo hasta ese momento el mejor del partido, creando peligro por la banda izquierda.

El encuentro entró en una fase de aburrimiento general donde apenas hubo ocasiones de gol. El Cádiz tocaba muy lento atrás y los locales se conformaban con aguantar a los amarillos y esperar su error para salir a la contra.

El primer periodo acabó con un centro de López Silva al segundo palo que cabeceó Enrique y Dani salvó de puños.

En el descanso Gracia agotó los ocho cambios permitidos. Lo más llamativo fue la entrada de Caballero por Rubén Pérez. Con esto terminó el experimento de jugar con dos puntas y los amarillos tocaron con un poco de más criterio que en el primer tiempo.

El segundo tanto llegó en el minuto 50 tras un centro al segundo palo de López Silva que Velasco remató con su pie derecho dentro del área pequeña. Poco después el goleador cadista tuvo que retirarse tras sufrir una entrada. Gracia pidió Fran Cortés lo sustituyera, pero el colegiado no lo permitió y los amarillos tuvieron que jugar con uno menos casi media hora.

Con uno menos, el Cádiz empezó a sobar el balón. Mantenía la posesión sin problemas y tocaba y tocaba mientras los minutos pasaban. El Portuense no varió ni un ápice pese a la superioridad numérica. El esférico apenas le duraba en los pies. Se manejaban mucho mejor sin él.

En los últimos instantes del encuentro estuvo a punto de recortar distancias. De hecho lo consiguió en un disparo de David, pero el árbitro decidió anular el tanto por fuera de juego.