ESPAÑA

El terror llegó con la apertura de la temporada turística en la isla

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

L os terroristas que ayer mataron a dos guardias civiles en Palmanova posiblemente se encontraban en la clase de párvulos cuando hace dieciocho años otro etarra, José Luis Urrusolo Sistiaga, hizo estallar otras dos bombas en la misma isla y se convirtió en el primer miembro de la banda que consumó un atentado en Mallorca.

Urrusolo Sistiaga, desde la cárcel donde cumple condena -entre otros asuntos por los atentados de Mallorca- aboga desde hace años por el abandono definitivo de las armas. Lo mismo que dos de los tres jefes que en aquellas fechas estaban en la cúpula de ETA, José Luis Álvarez Santacristina y Francisco Múgica Garmendia.

Los que ayer cometieron el doble crimen de Mallorca estarán hoy encantados del éxito de su atentado. La noticia abría las portadas de las ediciones digitales de los principales periódicos europeos y de manera destacada los de Alemania, país que cada año envía decenas de miles de visitantes a las Islas Baleares. Un doble asesinato en uno de los principales destinos turísticos del continente es noticia de primera plana. Pero los etarras que ayer actuaron en Mallorca, por muchos años que estén en activo, difícilmente igualarán el historial terrorista de José Luis Urrusolo Sistiaga. Y si éste no consiguió nada con su récord de atentados, mucho menos van a conseguir los nuevos asesinos. Tal vez lo único que logren es ser los últimos en salir de la cárcel después de cumplir condena.

Es posible que ETA, al elegir Mallorca como escenario de su último atentado, esté buscando la repercusión mundial de sus actuaciones con el propósito de interesar de nuevo a aquellos que actuaron de mediadores en el proceso de negociaciones del año 2006 y que, al romper la tregua, les dieron la espalda. «La influencia de los agentes internacionales es muy importante a la hora de abrir, apoyar, alimentar y desarrollar un proceso», afirmaba la banda en una reciente declaración. Pero la propia organización terrorista, en el mismo escrito, tenía que reconocer que el Gobierno, con el apoyo incondicional del primer partido de la oposición, ha decidido poner todo su empeño en acabar con ETA mediante la aplicación estricta de la ley. De esto, los terroristas tendrían que sacar alguna consecuencia, aunque estén recién salidos del parvulario.