Análisis

Vacunas seguras y eficaces

CATEDRÁTICO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SALUD PÚBICA Y ASESOR DE LA OMS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Junto a la disponibilidad de agua potable, es el instrumento que más ha contribuido y contribuye a la prevención de enfermedades. Hablamos de la vacunación, que consiste en la administración de un producto (vacuna) para inducir una defensa natural (respuesta inmunitaria), la cual puede prevenir la enfermedad en la persona vacunada si posteriormente se produce contacto con el agente infeccioso correspondiente. En el escenario de la imparable pandemia de nueva gripe A/ H1N1 estamos esperando la vacuna como agua de mayo. Y, sin embargo, no caben precipitaciones.

Hay que recordar que, en comparación con otros fármacos, a las vacunas se les exigen aún mayores garantías. El motivo es que, dado que se administran a personas sanas para evitar una enfermedad que por el momento no padecen, hemos de asegurarnos que el beneficio obtenido sea claramente superior al riesgo de presentar una reacción adversa asociada a esa administración.

Aunque en un principio se pensó que la vacuna para la nueva gripe A podría estar lista para principios de otoño, la OMS y la propia Agencia Europea del Medicamento (EMEA) ya han advertido de que su disponibilidad práctica puede precisar un poco más de tiempo. Estamos ante una tarea que requiere gran esfuerzo, incluyendo el cultivo masivo en huevos embrionados. El virus necesita las células para multiplicarse, para lo cual habitualmente se procede al cultivo en huevos que previamente han sido desinfectados. Este paso se repite con millones de huevos. Por aspiración, se extraen los virus y se fraccionan, desactivándolos para que no sean peligrosos. Posteriormente, se purifica el producto para eliminar cualquier residuo del huevo y la parte lipídica que puede generar reacciones en el individuo si se le inyectara sin esa precaución.

En definitiva, y aunque consideremos que la vacuna para este nuevo virus es esencial, fabricarla con rigor y garantías lleva su tiempo. La espera está justificada porque nos consta que los trabajos en laboratorio continúan ininterrumpidamente, investigando para verificar la seguridad de la vacuna y la dosis que será necesaria para que sea efectiva y pueda llegar al máximo número de personas que la necesiten, de acuerdo con las directrices de la OMS, el Ministerio de Sanidad y los servicios de salud de las comunidades autónomas.