Tiempo
Actualizado: GuardarEn mi infancia, el verano se movía mes a mes. Tal vez aún lo haga hoy en alguna parte. El tiempo no es el mismo para los niños, los adultos, los ancianos, los jóvenes, los trabajadores, los parados, los varones, las mujeres, los asalariados, los propietarios, los autónomos, ... El tiempo no es sólo una dimensión física, es también una dimensión social. Quizás antes el verano se movía mes a mes y ahora lo hace por quincenas. Digamos que cada quince días van y vienen las oleadas migratorias, y eso imprime un ritmo al verano. Pero tiene el verano otros ritmos paralelos, secundarios, ocultos. Para algunos todavía existen los viajes o las canónicas y lentas vacaciones de agosto, aunque ya no sean lentas. El fin de semana arrastra sus oleadas menores por distancias menores y las carreteras se cobran sus víctimas a plazos. La crisis ha reforzado el veraneo de proximidad, un ocio seguramente más racional y pausado, un ocio que los adictos al estrés de los grandes desplazamientos acaso no puedan soportar sin acudir al psiquiatra. Como los afectados por la propia crisis económica. España destruye trabajo autónomo en un porcentaje seis veces superior al de la media europea. Los psiquiatras tienen más clientes hoy que hace dos años. Es que el tiempo cambia mucho cuando cambia nuestra posición en el espacio terrestre y social. La incertidumbre lo convierte en un enemigo. En las pateras es interminable y atroz. En mi casa y en mi caso, es una doble jornada perpetua, y ahora mismo dejo este artículo y me voy a la cocina, que se ha inundado, a luchar contra el agua y el tiempo con la única ayuda de ese objeto humilde y vulgar, la fregona.