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| Puerto Real Actualizado: Guardar
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En todo estado de derecho, una vez que en España la actual Constitución abolió la cadena perpetua, lo que sencillamente procede con aquellos que vulneran la ley, es que estos cumplan tácitamente las sanciones a las que fueron condenados en su integridad, así todos seremos iguales ante la ley y no serán algunos «más iguales que otros» en todo tipo de delitos; otra cosa bien distinta es que sean condenados por error los que no cometieron infracción legal alguna. «Dar de comer al hambriento», sí esa fue la ejemplar norma de conducta del admirable hermano Vicente Ferrer durante décadas, desde la más explícita fidelidad al Evangelio ajeno actitudes beatonas y anacrónicas. «¿Y yo qué puedo hacer?», pues lo llevado a cabo con santa abnegación por el inolvidable hermano Vicente Ferrer y otros como él: «Obras son amores y no buenas razones».

La conmemoración de la tradicional ofrenda de flores y palabras de gratitud y evocación, ante el monumento muy acertadamente erigido en su día en honor de los represaliados del franquismo, gracias a la «Plataforma para la recuperación de la memoria histórica», hacen que ni un solo día dejen de depositarse flores y el recuerdo sea imperecedero por aquellos que dieron su vida velando denodadamente por la libertad y la justicia esenciales y a las que todo pueblo tendrán derecho sempiternamente ajeno a todo tipo de tiranías sean del signo que sean.

Quedó demostrado en la altísima abstención registrada el manifiesto desinterés del electorado, por los comicios al Parlamento Europeo, que ha traído consigo el creciente resurgimiento de movimientos ultraderechistas y populistas que dan opción a la intolerancia, la xenofobia que no pocas veces desembocan en la más inaceptable y condenable agresividad racista. Si Cáritas siempre hizo una labor encomiable en estos tiempos que corren, ha quedado ratificada y reconocida y no sólo por los cristianos, sino por innumerables agnósticos.