El Industrial vio como el Mirandés, el rival más duro, rompía su imbatibilidad en casa. / CRISTÓBAL
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Un gol con polémica provoca el resbalón del Industrial en el momento más inoportuno

Iván Agustín consiguió el tanto del Mirandés ayudándose con la mano, lo que provocó las iras de los aficionados blanquiazules Orife se lesionó y no podrá disputar el choque de vuelta, en el que los jerezanos están obligados a ganar si quieren subir

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Resbalón del Jerez Industrial en La Juventud. Paso atrás del equipo de la copa y la venencia en el partido de ida de la tercera y definitiva eliminatoria de ascenso a Segunda División B. Su rival, el Mirandés, consiguió una renta mínima pero muy valiosa, debido al valor doble de los goles y los jerezanos deberán remar contra corriente en el duelo de vuelta del próximo domingo si no quieren quedarse con la miel en los labios.

El calor fue testigo directo. Quizás se convirtió en uno de los factores que ayudaron a ver un fútbol poco vistoso, con dos equipos que se entregaron al máximo y que demostraron un gran nivel. Las ocasiones se sucedieron para ambas escuadras y tanto Industrial como Mirandés tuvieron claras opciones para marcar. Al final, el cuadro visitante fue más listo y en una jugada de pillería, con una clara mano, logró el único tanto del partido.

Con todo, en la primera mitad las defensas ganaron a los ataques, con un medio centro industrialista algo más perdido de lo habitual, aunque con mucha frescura en las bandas.

El Jerez Industrial pasaba momentos de apuro y hasta que no despertó, pasada la media hora de partido, no comenzó a mover la bola con cierto criterio. Enfrente tenía al rival más difícil de todas las eliminatorias, y lo demostraba sobre el campo al no dejar fisuras y mostrándose muy peligroso en ataque.

Fontana cambió las fichas. David Narváez no entró de inicio arriba y ocupó el costado izquierdo, mientras que la referencia en ataque se la cedía a Carrasco. Tras el descanso, el Jerez Industrial saltó al verde de La Juventud con otro aire. Quiso salir de atrás con más mordiente en la punta de ataque. La nota negativa, la lesión de Orife.

Se sucedían las ocasiones. El partido estaba muy abierto, con alternancia sobre una y otra área. David Narváez estaba enchufado en el 63 y desde fuera del área se inventó un fuerte chut que se marchó por muy poco. Sin embargo el jarro de agua fría para los industrialistas iba a llegar en el 63 con el gol de Iván Agustín desde la frontal del área. Un tanto con mucha polémica, ya que el jugador burgalés se ayudó de la mano para llevarse la pelota y colocarla en la frontal para inventarse un gran disparo que albergó el balón en el fondo de la red. La Juventud enmudecía y los nervios aparecían en el terreno de juego y en las gradas.

El gol en contra pesaba como una losa, pero el hispano argentino movió ficha. Con más corazón que cabeza los industrialistas lo intentaron y en los minutos finales pudo haber llegado el empate. En los tres últimos minutos la presencia industrialista pisó con más fuerza. Llevaba siete partidos sin encajar un gol, y llegó en el peor momento.