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Francia abre el debate para prohibir el burka cinco años después de la desaparición del velo islámico
Sarkozy debe hacer frente a la situación semanas después de apoyar el discurso de Obama en el que hablaba de no coartar a los musulmanes
PARÍS Actualizado: GuardarEl Gobierno francés estudia una ley que regule el uso del burka, cinco años después de la que prohibió el velo islámico en los centros públicos, ha informado el portavoz del Ejecutivo, Luc Chatel. "Si se demuestra que el uso del burka es contrario a los principios republicanos, el Parlamento afrontará sus responsabilidades".
Chatel ha señalado en la televisión pública France 2 que "los signos de pertenencia religiosa deben ser voluntarios y no impuestos, sobre todo a las mujeres". Las declaraciones del portavoz del Ejecutivo se producen dos días después de que un grupo de unos 60 diputados de partidos diferentes pidiera una comisión de investigación sobre la proliferación del burka , el velo que cubre integralmente a las mujeres preconizado por ciertas prácticas islámicas integristas.
Desde que se lanzó esa petición, una polémica ha resucitado en Francia, similar a la que se produjo en 2004 a propósito del velo islámico y que desembocó en la creación de una ley que prohíbe el uso de cualquier signo religioso en los lugares públicos, con atención especial a la escuela. Según diversos estudios, varios miles de mujeres portan en Francia el burka, que toma su nombre de la práctica afgana impuesta por los talibanes.
Diversidad de opiniones
La iniciativa parlamentaria que pidió una comisión de investigación partió del diputado comunista André Gerin, que también es alcalde de Vénnissieux, un municipio situado en la órbita de Lyon, al sur del país, que se ha visto afectado por varios casos de fundamentalismo religioso. El imán de la mezquita de esa ciudad fue expulsado a Argelia en 2004 tras haber defendido que la violencia contra las mujeres es conforme al Corán.
La iniciativa de Gerin ha reabierto un debate entre los defensores de las libertades individuales y los que consideran que éstas pueden ser limitadas en nombre del laicismo. Incluso en el seno del Gobierno las posturas no aparecen homogéneas. El ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, afirma estar "personalmente" en contra del burka , pero señala que "cada uno es libre de hacer lo que quiera en la calle". Una posición similar defienden el Ministerio del Interior, responsable del culto, para quien "prohibir todo comportamiento que crea incomodidad acaba con las libertades públicas".
En el otro extremo se situó la secretaria de Estado de la Ciudad, Fadela Amara, ex líder del grupo de defensa de los derechos de la mujer "Ni putas, ni sumisas", quien apostó por una ley que prohíba esta prenda que calificó de "ataúd que mata las libertades fundamentales". Amara, de origen marroquí, ha pedido la intervención de Sarkozy, para que lidere la batalla en contra del burka. El jefe del Estado puede tener sobre su mesa un asunto caliente pocos días después de haberse mostrado de acuerdo con su homólogo estadounidense, Barack Obama, sobre la obligación de los países occidentales de no coartar a los musulmanes en la práctica de su religión.
Obama hizo esa afirmación en su discurso al Islám en El Cairo del pasado día 4 y en Francia muchos la interpretaron como un ataque directo a la ley francesa que prohíbe el velo islámico. La comunidad islámica francesa tampoco se pone de acuerdo sobre la necesidad de una ley sobre el burka .