
El 'padre del cambio climático' propone enterrar el CO2
Wallace S. Broecker, primer científico en alertar sobre el efecto invernadero, plantea como solución clave retirar de la atmósfera los gases que la recalientan
Actualizado: GuardarA corto plazo, en cuatro o cinco décadas, el mundo no va a ser capaz de recortar sus emisiones atmosféricas de CO2 al ritmo e intensidad necesarios para limitar los peores efectos del cambio climático. Ni aunque toda la comunidad internacional se pusiera a ello con decisión, cosa harto improbable, y adoptara estrategias para sustituir el actual esquema energético, basado en la quema de combustibles fósiles y responsable del efecto invernadero, por un modelo verde. Para Wallace S. Broecker, la única apuesta viable para ganar tiempo hasta que las energías limpias y renovables tomen el mando -y falta mucho para eso- es retirar de la atmósfera el exceso de CO2 que recalienta el planeta.
Broecker, catedrático de Ciencias Ambientales de la Universidad de Columbia (Nueva York), acuñó en 1975 el término calentamiento global en un artículo de la prestigiosa revista 'Science' que marcó un antes y un después en el estudio de la dinámica climática del planeta. Fue él también quien primero alertó de la pérdida de capacidad del océano para absorber CO2 atmosférico y del riesgo de acentuar así el alza de las temperaturas medias terrestres y marinas.
Todas las predicciones de las tres últimas décadas hechas por este hombre han acabado por cumplirse. Ahora aboga por el secuestro de dióxido de carbono como llave para intentar frenar el incremento de la temperatura media planetaria por debajo de los dos grados centígrados, el límite considerado 'catastrófico' y sin vuelta atrás.
«Tendremos que secuestrar CO2 directamente de la atmósfera y enterrarlo; de lo contrario, el planeta seguirá calentándose sin remedio», aseguró ayer Wallace S. Broecker en Madrid, donde esta semana recibirá el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2008 en la categoría de Cambio Climático.
El sueldo de un futbolista
La idea de secuestrar CO2 para aliviar a la atmósfera del principal gas de efecto invernadero y enterrarlo después en reservorios geológicos profundos no es nueva; hay tecnologías prototipo operando ya en distintas partes del mundo. El problema es definirlas y desarrollarlas a la escala necesaria para detraer las cantidades masivas de dióxido de carbono. Y luego está otra dificultad añadida: el dinero.
«Es lamentable que el mundo haga tan poco para encontrar una solución», censuró. Como ejemplo, citó a uno de los mayores especialistas en secuestro de CO2, Klaus S. Lackner, también de la Universidad de Columbia, que dispone de una subvención de apenas 6 millones de dólares para desarrollar sus filtros absorbentes. «Es lo que gana un jugador de fútbol por temporada», se quejó Broecker.
El científico se definió ayer como «un activista medioambiental» y propuso una especie de 'proyecto Manhattan' para combatir el cambio climático. Si EE UU, con ayuda de Reino Unido y Canadá, fue capaz de desarrollar en tres años el programa nuclear y la bomba atómica como freno a la Alemania nazi, una alianza estratégica podría hacer lo propio con el secuestro de CO2. «Si las naciones industrializadas fueras listas, se unirían para hacer esto lo más rápido y al menor coste posible».
Aun así, Broecker admitió que generalizar el secuestro y enterramiento de CO2 y otras estrategias contra el cambio climático será caro -quizá unos 60.000 millones de dólares al año, el 10% del gasto anual en energía- y puede tardar un par de décadas.
La Tierra ha pasado en su historia por grandes fluctuaciones climáticas, glaciaciones y periodos interglaciares, asociados a las distintas concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, pero ninguna tan alta como la actual -385 partes por millón-, que ha sido provocada por la acción del hombre. A mayor cantidad de CO2, mayor calentamiento. «Tenemos un problema de proporciones gigantescas» que requiere liderazgo y estrategias planetarias, recalcó el padre del concepto efecto invernadero.
El esfuerzo de los ricos
En la Cumbre del Clima de Copenhague, en diciembre, deberían aprobarse límites a las emisiones para todos los países firmantes del Protocolo de Kioto, cuya vigencia expira en 2012. El científico estadounidense duda de que salgan acuerdos vinculantes de la capital danesa «porque implican cesión de soberanía, pero si no se hace no se podrá avanzar».
El esfuerzo principal para reducir en un 90% las emisiones de CO2, ni más ni menos que lo necesario para estabilizar el clima, corresponde a las naciones ricas, que llevan un siglo vertiendo contaminación a la atmósfera. Ahora, quizá «nos toque capturar el dióxido de carbono que viertan los países en desarrollo» y los 4.500 millones de personas que viven allí, porque ellos «quieren vivir mejor y ganar calidad de vida y para lograrlo van a quemar grandes cantidades de carbón en el futuro».
Broecker duda de la fiabilidad de algunos de los modelos de predicción usados por la comunidad científica para predecir el futuro climático del planeta. Hay demasiadas variables desconocidas o subestimadas, considera, pero cree que los vaticinios fallan más por defecto que por exceso. Si la humanidad no actúa y rápido, alerta el científico, los impactos del calentamiento «sobre todos los seres vivos del planeta» serán mayores de lo previsto, y no menores.
Acuerdo importante
Además, España y China anunciaron ayer que crearán un grupo de trabajo para impulsar las relaciones entre la Unión Europea (UE) y el gigante asiático durante la presidencia española de la Unión, en el primer semestre de 2010.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo una reunión en Madrid con el secretario de la Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista de China, He Guoqiang, en la que analizaron las relaciones bilaterales y la cooperación de China con la UE.
Zapatero destacó la buena marcha de las negociaciones del acuerdo entre la UE y China y expresó la confianza de que se avance de forma sustancial este año, informaron a Efe fuentes del Ejecutivo. He, responsable de la lucha contra la corrupción, destacó que las relaciones con España pasan por «el mejor momento de su historia» y apostó por profundizar las inversiones españoles en áreas como las energías renovables y las telecomunicaciones.
Zapatero y He, que fue recibido también por el rey Juan Carlos, analizaron la evolución de la crisis económica mundial y coincidieron en la necesidad de que las políticas puestas en marcha por los gobiernos no olviden la necesidad de cumplir los Objetivos del Milenio y de luchar contra el cambio climático.