Mordaza informativa
| TEHERÁN Actualizado: GuardarMientras las calles de Teherán ardían, los medios oficiales destacaban en sus titulares la invitación que ha recibido la selección nacional de fútbol para jugar en Pakistán. En un ejercicio de opacidad informativa al que ya están acostumbrados los ciudadanos del país persa, que viven pegados a las prohibidas, pero imprescindibles antenas parabólicas, las autoridades no dudaron a la hora de silenciar lo que ocurre en la capital.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció que cuatro de los principales periódicos reformistas y de oposición han sido cerrados o inhabilitados, además de una «decena de páginas de Internet, otras dos cadenas de televisión y la red de telefonía móvil». También, cuatro periodistas iraníes han sido detenidos y otros diez se encuentran en paradero desconocido.
La prensa extranjera tampoco ha salido indemne. El Gobierno ordenó el cierre de la corresponsalía en Teherán del canal Al-Arabiya, con sede en Dubai, durante una semana sin ofrecer las razones de la decisión. También las emisiones de la BBC en el país han sido interrumpidas y un periodista y un cámara de la cadena británica fueron detenidos por un breve espacio de tiempo. Asimismo, dos reporteros holandeses han sido expulsados sin motivo aparente.