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Los iconos

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Los lugares siempre se relacionan con cosas. Es como una tecla que, pulsándola, te lleva al sitio. No cabe duda de que la Bahía de Cádiz tiene uno de sus iconos en El Vaporcito de El Puerto. Está en todos los libros de turismo, en las postales, la gente se hace fotos delante de él, hasta una magnífica harina para freír pescado lleva su nombre y todas las fiestas acaban, cuando ya se ha pasado al vaso largo, cantando la copla que un día le dedicara Paco Alba.

Los propietarios de El Vaporcito de El Puerto han vuelto a hacer sonar la alarma y vuelven a hablar de dejar de cruzar la Bahía en barco. No vamos a hablar de culpables de esta situación, porque seguramente estaremos todos. No sólo las administraciones, sino también nosotros mismos que lo nombramos mucho pero nos montamos poco en él.

Lo cierto es que este símbolo de la Bahía no se puede perder y habrá que buscar un consenso entre las administraciones para conservarlo. Se llegó a hablar de incluirlo en la flota de los catamaranes pero la idea no fructificó. No se puede decir que el Vaporcito sea una víctima de los catamaranes porque la verdad es que este nuevo método de transportes es de lo mejor que se ha hecho en materia de cooperación entre municipios de la Bahía en los últimos tiempos. Es un sistema de transporte que se utiliza, que es rápido y se ha convertido también, en una imagen amiga y bien vista por el ciudadano.

El Vapor debe de quedar como un elemento turístico de primer orden y es ahí donde hay que trabajar para lograr que el barco esté en los circuitos y se utilice por quienes mueven los turistas. Igual que los autobuses de dos pisos que recorren las ciudades, habría que buscar algún itinerario por barco que fuera atractivo para los turistas y que permitiera que el barco siga funcionando sin problemas económicos.

Y si tiene problemas económicos pues no estaría mal que la Administración los cubriera. Si ninguna administración pone problemas para ayudar al Cádiz Club de Fútbol nadie debe sonrojarse y poner pegas para que se le ayude a otra empresa privada mucho más modesta como el Vaporcito de El Puerto.

La provincia de Cádiz tiene muchos tesoros que están todavía sin explotar. Siempre cito el caso de los títeres de la Tía Norica, otro tesoro completamente dejado en el olvido, cuando podría ser un gran atractivo para la ciudad. En San Fernando, Puerto Real o Chiclana están Los Esteros que es otro tesoro completamente desconocido. En El Puerto está el propio Vaporcito y en Jerez está todavía sin explotar en condiciones todas las posibilidades de las bodegas y las viñas.

Es posible hacer cosas y lograr la atención de los turistas. Ahí está el caso de la Torre Tavira de Cádiz, una iniciativa privada y que es ejemplo de buen hacer no sólo en la Bahía sino también en muchos sitios del mundo. Creo que la idea se ha exportado ya hasta Cuba y los turistas acuden en masa a este lugar para ver la ciudad desde otro punto de vista.

Estoy seguro de que las administraciones serán capaces de salvar El Vaporcito porque puede convertirse perfectamente en otro símbolo más del Bicentenario y su imagen cruzando por debajo del nuevo puente de La Pepa sería una postal que no se puede dejar de imprimir.

Con el Vaporcito no puede ocurrir lo que se da por aquí con demasiada asiduidad, quejarse de las cosas, cuando ya no tienen solución y se han perdido. En este caso más vale actuar ya y no dejar que este icono de la Bahía se pierda antes de que esta se construya de una puñetera vez, que falta hace también.