Más invisibles que antes

Durante el fin de semana se ha celebrado en el Hospital Universitario de Puerto Real la III Jornada Hogar Gerasa Casas de acogida para pacientes de SIDA y sin domicilio: Pasado, presente y futuro en Andalucía, de la mano de sus dos principales precursores, Antonio Bascuñana y Antonio Vergara, presidente y vicepresidente de la asociación. Al acto acudió José Chamizo de la Rubia, Defensor del Pueblo Andaluz, quien estuvo presente en una de las mesas de debate que tuvieron lugar durante la jornada.

Trastornos mentales

Las distintas conferencias y debates que se fueron generando en el salón de actos del Hospital de Puerto Real pusieron de manifiesto la importancia de los trastornos mentales de estos pacientes, para los que es necesario conseguir mecanismos que logren crear una actividad con fines terapéuticos en dichas casas de acogida.

Por ello se reunieron en esta jornada cerca de 60 personas de distintas partes de Andalucía implicadas en las casas de acogida para enfermos de SIDA. Según palabras del presidente de la casa de acogida Gerasa, Antonio Bascuñana, «existen estudios científicos que demuestran que estas casas son un factor positivo en la sociedad». «Los costes tanto económicos como sociales que se generarían si las casas no desarrollaran su actividad serían mayores que los que se generan de su propia labor», añadía. En la actualidad dichas casas se están llenando de enfermos mentales, siendo un 78% el total de ellos. «Estos pacientes han de estar diagnosticados por personas cualificadas, y es por ello la razón de vida de Gerasa», puntualizaba Bascuñana.

Según fueron interviniendo los distintos ponentes de las conferencias se llegó a la conclusión de que el problema del Sida ha pasado a segundo plano en la sociedad y que probablemente con la crisis actual puede agravarse.

Actualmente en Hogar Gerasa residen 26 pacientes y cuentan con una lista de espera que les hace sentirse «desbordados». Su principal labor consiste en dar cobijo a personas enfermas de Sida e intentar, en la medida de la posible, su reinserción en la sociedad. Para atenderles, el centro cuenta con 16 trabajadores, entre las que se encuentran las Hijas de la Caridad, cocineras, limpiadoras, auxiliares cuidadores y un equipo terapéutico formado por médicos, una trabajadora social, una psicóloga, una educadora y un psiquiatra. Además, varios voluntarios colaboran en la recuperación de estos enfermos.

Tras una comida en la cafetería del hospital, los asistentes a la jornada pudieron participar en un taller que se desarrolló durante la tarde y en el que se trataron situaciones conflictivas que pueden darse con este tipo de pacientes con trastornos mentales.