ANDALUCÍA

Un día buscando empleo

Un consejero de la Junta y una joven gaditana en paro ofrecen dos visiones de la peor consecuencia de la actual crisis económica, el presente y el futuro de los más de 790.000 desempleados andaluces

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Esta provincia se ha convertido en una plaza difícil para un consejero de Empleo. La tasa de paro de Almería ha pasado del 10, 45% al 25% en un año, situándose como la primera de España. El milagro almeriense languidece. Los empleos que generan los invernaderos, las canteras de mármol, la construcción y el turismo ya no son suficientes para absorber la legión de mano de obra, sobre todo extranjera. Antonio Fernández se ha levantado temprano. A las ocho ya despacha con su jefa de gabinete y su responsable de prensa. Suele ser la tónica habitual cuando, como en esta ocasión, ha tenido que hacer noche fuera de Sevilla. Le gusta dar un largo paseo antes del desayuno, pero hoy tiene su primera reunión a las nueve de la mañana. Representantes de la Asociación de Síndrome de Down de Almería le cuentan de primera mano la mala experiencia que tuvieron que pasar unos jóvenes aquejados de esta enfermedad, cuando fueron invitados a abandonar un pub donde celebraban, precisamente, el final de curso de empleabilidad, sufragado por la Junta de Andalucía. Fernández cambia de registro en pocos minutos. Una veintena de periodistas almerienses le interpelan por la situación. El consejero también habla de brotes verdes, de algunos signos de moderado optimismo. Recuerda que, pese a lo grave de la situación, con 796.000 andaluces sin quehacer, en abril bajó el paro en Huelva, Cádiz y Sevilla. En mayo, los datos podrían ser positivos en el resto de provincias. En todos los rincones de la Comunidad preocupa lo mismo. ¿Se llegará al millón de parados? ¿Funcionan las medidas que ha puesto en marcha la Junta para frenar el desempleo? ¿Cuándo se saldrá de la crisis?

Descenso del paro

Antonio Fernández ofrece en Almería las mismas respuestas que podría dar en Granada, Málaga o Cádiz: no hay varitas mágicas ni nadie puede prever el futuro. Entiende, sin embargo, que la Junta va por el buen camino. Gracias a los planes Memta y Proteja, unos 20.000 desempleados de la construcción, que habían agotado sus prestaciones o estaban a punto de hacerlo, han vuelto a la faena. A esto hay que añadirle el efecto del Plan E, del Estado.

La Junta prepara ya una segunda convocatoria del Memta en la que los mayores de 45 años y los jóvenes sin estudios se unirán a los parados sin prestaciones en la lista de preferentes.

La jornada en Almería continúa con una jornada técnica: casi un centenar de fiscales se reúnen para debatir la mejor manera de perseguir la siniestralidad laboral. «Si algún empresario tiene la tentación de recortar la inversión en medidas de seguridad escudado en la crisis, que sepa que tendrán en frente a la Junta y a la Justicia», acota Fernández.

Se muestra inflexible con esta cuestión. Le duele. «Creo que toda muerte en el trabajo se podría evitar», remacha. De la teoría a la práctica. La siguiente parada de la mañana, la Diputación Provincial de Almería, donde trece beneficiarios del Plan Memta remozan las instalaciones.

A Fernández le gusta comprobar, siempre que le es posible, que las estadísticas que maneja en su despacho son el fiel reflejo de la realidad. «¿Llevabas mucho tiempo en el paro?», le pregunta a un operario que transporta una carretilla y luce un sombrero de paja para resguardarse del sol. «Sí, ya llevaba varios meses». «¿Cobrabas prestación ?», insiste el consejero. «Estaba a punto de terminarla», le responde. Sí reúne el perfil de persona para la que fue creado el Memta.

Línea roja

Uno de los datos que más pondera la actual Administración andaluza son las 300.00 familias que tienen a todos sus miembros en el paro. «Son nuestra prioridad, aunque hay que huir del dramatismo del PP, porque dentro de estas 300.000 familias hay muchas donde algún miembro aún cobra alguna prestación; lo que estamos dictaminando es en cuántas no entran ningún ingreso para actuar», acota.

Fernández reprocha a los populares su actitud ante la crisis. «Ya hablan de un millón de parados en Andalucía, cuando en realidad aún no se ha llegado ni a los 800.000», expone. El tema le subleva, por eso abunda: «es como si lo único que le importara realmente al PP es que en Andalucía se llegase al millón de parados, para utilizarlo electoralmente».

Escuelas taller

El consejero de Empleo tuerce el ceño cuando se le comenta que, fuera de nuestras fronteras, se tiene la impresión de que los andaluces nos conformamos con los subsidios, porque somos vagos. «Eso es absolutamente falso, aquí se trabaja hasta con cuarenta grados a la sombra», apostilla. Él, como su Gobierno, sí se muestra partidario del subsidio como política social. «Pero en términos per capita, en Andalucía existe el mismo nivel de subsidios».

El último acto de la mañana es con jóvenes de dos escuelas taller. En una, un grupo de diez chicas se preparan para ser mecánicas de automóviles. «Las mujeres aún tenéis que romper algunas barreras laborales y esta de la mecánica era una de ellas», les anima el consejero.

En otro, una veintena de adolescentes, que han dejado el instituto -el 25% de los demandantes de empleo en Andalucía carecen de estudios-, se especializan en energías renovables. «Gracias», le dicen al pasar al consejero. «La mejor forma de agradecérmelo es que aprovechéis el curso y encontréis un trabajo», les comenta.

El 20,8 % de los andaluces que buscan un empleo en la actualidad son inmigrantes. Mano de obra que, en buena parte de los casos, fue contratada en su país de origen ante la demanda de trabajadores que ha existido en los últimos cinco años en Andalucía en sectores como la agricultura, la construcción o la hostelería. Antonio Fernández se estrena en Almería como responsable de las políticas de Inmigración.

Fernández se muestra partidario de ayudar al emigrante que quiera retornar a su país, pero se opone a aquellos que reclaman que se expulse a los que ya no tengan un empleo. «Seríamos una sociedad injusta si nos desprendiésemos ahora de unas personas que han ayudado a nuestro crecimiento y que han asumido trabajos que nadie quería y la andaluza, se lo aseguro, no es una sociedad injusta», afirma el consejero.

Las jornadas de trabajo de Fernández no suelen ser tan variopintas como esta de Almería. La mayoría del tiempo la pasa en su despacho y, en los últimos meses, 'acosado' por los expedientes de regulación de empleo (más de 900). Asegura que está cumpliendo su objetivo de mínimos, que estos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) sean de suspensión y no de extinción de actividad empresarial.