Los ánimos se caldearon en algunos momentos. / J. C. C.
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El récord de victorias quedó en siete

| ENVIADO ESPECIAL A TARRAGONA TARRAGONA Actualizado: Guardar
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El sueño se mantiene intacto a pesar del tropezón en Tarragona. Las puertas del cielo siguen abiertas y la próxima semana podrían hacerse realidad las ilusiones de 62 años de historia, pues los azulinos no son los únicos que fallaron. Es cierto que ahora será más complicado e incluso que habría que esperar hasta el domingo (el Xerez juega el sábado) para celebrar el ascenso, pero a pesar de que los azulinos cayeron derrotado después de siete victorias consecutivas, las matemáticas dicen que todavía pueden ascender el próximo fin de semana.

Los azulinos no pudieron con los de Ferrando a pesar de que Esteban mantuvo la fórmula que había funcionado durante los dos últimos meses. Y es que a estas alturas de la temporada y con tanto en juego, no hay espacio para las sorpresas y Esteban Vigo apostó por la lógica. Y ésa se llamaba Emilio Viqueira. El gallego volvió al once titular para tapar el hueco de Vicente Moreno en el triángulo que tantos éxitos le está dando al Deportivo. Pero una vez jugado el duelo, se puede afirmar que el Boquerón se equivocó. No de nombre, pero sí de posición, pues el Mago ocupó de inicio el vértice más retrasado. Es decir, exactamente el mismo puesto que suele ocupar cada semana su amigo Moreno. Pero Emilio tiene un corte totalmente diferente al valenciano y por eso le costó unos adaptarse a una posición un tanto extraña para él. La primera bola que tocó acabó en ocasión de peligro para la portería de Chema. La intención de Viqueira fue retrasar a los centrales, pero su pase quedó corto para Martí y en bandeja para José Mari. El falló no pasó a mayores porque los dos disparos de los catalanes rebotaron contra el cuerpo azulino, pero ese impulso inicial dejó al Nàstic con una marcha más sobre el campo e impidió que el Xerez plantara su hegemonía sobre el Nou Estadi.

Fue Carlos Calvo el que trató de sacar a los azulinos de su campo. El madrileño, muy fino por ambas bandas, dribló y llegó a línea de fondo creando peligro, más con disparos sin ángulo, que con centros que no encontraban rematadores. En una de esas se provocó un córner del que saldría la mejor ocasión de los xerecistas en la primera parte. Abel metió la bola en el área, donde la recogió Bergantiños libre de marcar y con espacio para fusilar al portero del Nàstic. El disparo de Álex fue duro pero centrado y Rubén pudo deshacer la ocasión de gol del Deportivo sin demasiados problemas.

Para entonces, los de Esteban ya le plantaban cara seriamente a los tarraconenses y el intercambio de golpes lo protagonizaron José Mari (Chema tuvo que salvar un mano a mano con el sevillano) y Abel, con un par de disparos peligrosos. Pero Momo no aparecía y el triángulo no terminaba de funcionar como otras tardes. Bergantiños retrasó su posición casi hasta la altura de Viqueira y poco a poco fue bajando el ritmo del partido. De hecho, se encontraba en plena fase de tedio cuando el Nàstic pegó un zarpazo justo antes de que acabara la primera parte. Una jugada de derecha a izquierda, un buen centro de Jordi Alba y un impecable remate de cabeza de Víctor Casadesús sirvieron para abrir el marcador y poner a los locales por delante antes de entrar al vestuario.

Y lo peor es que la segunda parte comenzó igual que terminó la primera. Chema tuvo que volver a salvar un disparo de Casadesús casi desde el área chica, pero lo que no pudo detener el de Orihuela fue el penalti que el delantera catalán aprovechó pocos minutos después. Aythami derribó a José Mari dentro del área y Ontanaya marcó sin dudar el punto de penalti. Desde allí Víctor colocaba el 2-0 y empinaba la cuesta para los azulinos.

Aparece el Xerez

Fueron dos los bofetones que tuvo que recibir el Deportivo para reaccionar. En cuanto llegó el segundo del Nàstic Esteban movió el banquillo. Quitó a Viqueira, introdujo a Míchel y todo el bloque dio un pasito al frente. Los frutos no tardaron y una bonita combinación entre Abel, Míchel y Bermejo sirvió para recortar distancias. El sevillano puso la bola tocadita desde la frontal, el punta madrileño se la amortiguó con la testa a Bermejo y Mario la empujó al fondo de la portería sin que Rubén pudiera hacer nada. Pero los de Ferrando no bajaron los brazos, por lo que fue entonces cuando la pelea alcanzó su mayor intensidad. Los azulinos apretaban a la desesperada aunque las mejores ocasiones eran para Jordi Alba. Chema lo paró todo. En el otro área ya estaba desparramado el arsenal ofensivo del Xerez al completo, pero ni Bermejo, ni Míchel ni Antoñito acertaron a maquillar un marcador que sólo Momo, con un tiro cruzado, estuvo a punto de arreglar.

Ahora toca paciencia. La agonía podría acabar el próximo fin de semana, pues a pesar de la derrota, el cielo podría lucir de azulino en sólo siete días.

No pudo ser. La octava victoria de manera consecutiva no llegó y el equipo de Esteban Vigo dejó el récord de victorias plantado en siete. La derrota en Tarragona impidió que la hazaña continuara engordando, pero lo cierto es que han sido esos 21 puntos logrados de manera consecutiva en el tramo final del campeonato los que le han permitido a los xerecistas disfrutar de un buen colchón de cara a los últimos encuentros de la Liga. La racha se inició en Murcia, coincidiendo con el cambio de sistema por parte de Esteban Vigo. En la Nueva Condomina se impusieron gracias a dos jugadas de estrategia.

Aquel triunfo tuvo continuidad ante el Hércules, el Alavés, el Sevilla Atlético, el Girona, el Elche y el Castellón, pero ayer los goles de Víctor Casadesús impidieron que el octavo triunfo llegara de manera consecutiva a los números xerecistas.