FAMILIA. Guillermo Cervera, en su casa de Puerto Real. / A. VÁZQUEZ
GUILLERMO CERVERA | CAPITÁN DE FRAGATA Y HERMANO DEL MARINO DESAPARECIDO

«Juan Luis es el tributo más alto que los Cervera hemos pagado al mar»

Destaca las precauciones que siempre toma su hermano cuando realiza una regata y agradece los esfuerzos por recoger al militar «del abrazo del mar»

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El capitán de navío Juan Luis Cervera Govantes desapareció, en la noche del pasado jueves, tras caer al agua desde el barco en el que participaba en la regata del mar de Alborán. La Armada ha anunciado que hoy retirará el dispositivo de búsqueda que, desafortunadamente, no han tenido éxito. Su hermano Guillermo Cervera, capitán de fragata en la reserva, recuerda la relación que, desde pequeño, ligó a Juan Luis con el mar.

-Juan Luis es un experimentado regatista que ha participado en numerosas pruebas. ¿Qué pudo haber sucedido para que ocurriera este trágico accidente?

-Cuando se está navegando al largo, es decir, con viento fuerte por la aleta, cabe la posibilidad de que bien por una ola grande o porque cargue una racha de viento mayor, el barco se puede ir de orzada. En estos casos la embarcación funciona igual que una veleta y se orienta hacia el viento. En ese momento, cuando el viento incide con toda su potencia sobre las velas, el barco puede tumbarse y llegar a coger una escora de 50-55 grados, lo que es suficiente para perder la verticalidad y resbalar al mar. Me parece que eso es lo que sucedió aquella noche.

-¿Puede apuntarse a una imprudencia o la falta de medidas de seguridad?

-No. Esas situaciones las hemos vivido en varias ocasiones, aunque nunca con este resultado tan trágico. Para que un tripulante se vaya al agua deben sumarse varias incidencias, como la llegada de otra ola fuerte o que en ese momento no se esté amarrado. Pero nosotros siempre, y más navegando de noche, hemos utilizado los arneses de seguridad y chalecos salvavidas. Esto lo tienen presente todos los regatistas y más los experimentados como mi hermano. Pero desde un barco de la altura del Betelgeuse, y con los medios que se disponen, de noche, si cae al agua un tripulante, o lo recuperas inmediatamente o es muy difícil encontrarlo.

-Después de cinco días de búsqueda infructuosa, ¿en qué estado de animo se encuentra su familia?

-En estos momentos estamos viviendo, en la intimidad, el dolor de esta tremenda tragedia con la entereza que nos da nuestra fe cristiana y recibiendo muchas muestras de cariño que, sin duda, ayudan y reconfortan. Quiero agradecer la entrega que se está haciendo para recuperar a Juan Luis del fatal abrazo que le dio la mar. Conozco el trabajo y las fatigas que han pasado y están pasando cuantos voluntaria o profesionalmente han puesto su esfuerzo al servicio de que mi hermano vuelva al seno de su familia.

-¿Qué vivencia en particular recuerda de su hermano?

-Una vez en un simulacro nocturno que yo mandaba, y teníamos que atacar a los barcos de la Armada fondeados, nuestro bote fue arrastrado mar adentro, lanzamos bengalas pero nadie acudió a nuestra ayuda. Tras disparar la última, vimos un bote de la fragata Extremadura, de la que mi hermano era segundo comandante. El cabo que mandaba el bote, al darme la mano me dijo «con los saludos de su hermano don Juan Luis». Aquella noche tenebrosa supe que aunque todos me fallasen, mi hermano acudiría en mi ayuda, como así ha sido siempre.

-¿Qué relación tienen los Cervera con el mar?

-El mar nos lo ha dado todo, pero también hemos tenido que pagarle muchas cosas. Pero de todos, sin duda, Juan Luis es el tributo más alto que los Cervera hemos pagado al mar.