El presidente de Paraguay reconoce que tuvo un hijo cuando todavía era obispo

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha reconocido la paternidad de un hijo que tuvo hace dos años con una joven con la que mantuvo una relación cuando todavía era obispo de la Iglesia Católica. "Asumo todas las responsabilidades que pudieran derivar de tal hecho", ha apuntado Lugo en una rueda de prensa televisada, tras admitir que Guillermo Armindo, de dos años, es fruto de una relación con una joven paraguaya.

Estas declaraciones ponen punto final a la polémica generada por la demanda de filiación presentada por la madre del niño, que exigía que el presidente reconociera y asumiera legalmente la paternidad del menor. "Manifiesto con la más absoluta honestidad y sentido del deber que, en relación a la polémica suscitada por una demanda de filiación, es cierto que hubo una relación", ha admitido Lugo ante los medios desde el Palacio de Gobierno.

De esta manera, el mandatario paraguayo se ha comprometido a asumir "todas las responsabilidades", aunque no ha dado más detalles de cuáles serán las próximas acciones a emprender con respecto a su hijo. Se ha limitado a apuntar que no piensa hablar más públicamente sobre este controvertido tema. Este hecho podría convertirse en un duro revés para la imagen de Lugo, que asumió la Presidencia de Paraguay en agosto de 2008 y acabó con más de seis décadas de gobiernos de derecha. La juez que se ha hecho cargo de la demanda ha confirmado que ya ha comenzado el juicio de filiación contra el presidente paraguayo, que ahora deberá reconocer legalmente la paternidad del niño.

Esta no es la primera vez que surge una polémica sobre la posibilidad de que Lugo hubiese tenido hijos durante sus oficios como obispo católico. Tal y como ha recordado la hermana del presidente y primera dama de Paraguay, Mercedes Lugo, durante la campaña electoral la oposición "mintió" al decir que había tenido 17 hijos no reconocidos.