ESPAÑA

Los problemas del sistema financiero precipitaron la salida de Pedro Solbes

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Pese al empeño que había puesto José Luis Rodríguez Zapatero, la continuidad del vicepresidente económico en el Gobierno parecía casi imposible. A Pedro Solbes la crisis le ha superado. Tanto que ha terminado por costarle el puesto. Se trata de la víctima más significativa de la arrolladora recesión.

Firme defensor de la ortodoxia y estabilidad presupuestarias, lo que le valió críticas por 'liberal' en sus años como ministro de Economía en la última etapa de Felipe González, a Solbes le ha tocado siempre bailar con la más fea. Cuando sustituyó a Carlos Solchaga, en 1993 y también en crisis, logró poner los mimbres para el saneamiento de las cuentas públicas. Algo que permitió que España aprobara el examen de Maastricht.

De talante negociador, afloró el déficit de la Seguridad Social para cargarlo a los Presupuestos del Estado, lo que le permitió poner a cero el contador del sistema público de protección. A su salida del Ejecutivo, en 1996, las empresas ganaban, la inflación se había frenado y los sindicatos aceptaban moderación salarial a cambio de creación de empleo.

Instalado el PP en el Gobierno, Rodrigo Rato no tuvo nunca empacho en aplaudir la labor de su antecesor. Un reconocimiento que llevó al Ejecutivo de José María Aznar a proponer a Solbes como comisario europeo de Asuntos Económicos. Pero hoy las cosas son muy distintas. El PP está en la oposición, y Solbes se ha convertido en el objetivo de sus críticas más afiladas.

La crisis, y aún más su gestión de la misma, han enterrado los piropos de antaño que se han trocado en aceradas invectivas y peticiones de cese.

Y las críticas no han salido siempre desde la bancada popular, algunos círculos socialistas también han subrayado que el derrumbe económico ha cogido siempre al ministro con el pie cambiado y a un paso por detrás de la situación real.