El poder de la imagen
Actualizado: GuardarLa leyenda del mundo del espectáculo recuerda que George Lucas se hizo inmensamente rico porque renunció a los derechos de taquilla por La guerra de las galaxias a cambio de embolsarse todo el dinero que pudiera recaudar la saga por merchandising. Corría el año 1973 y en la Fox pensaron que aquel tipo estaba loco. Tres décadas más tarde, los muñequitos de R2 y las espadas láser de plástico han generado el doble que las entradas y los derechos de vídeo, dvd y televisión.
¿Qué tienen que ver U2 y George Lucas, más allá de mover millones de dólares y euros incluso en un mundo globalizado por las descargas? Que han explotado al máximo el valor de la iconografía para generar más dinero que el producto que venden. La imagen, la publicidad, el marketing. Los conceptos de la economía traducidos en arte (o lo que cada uno considere que hacen Lucas o Bono y los suyos). En cualquier caso, ambos descubrieron que los fans no atienden a razones y son esclavos del fetichismo.
En el caso de los irlandeses, una buena parte del impacto global del que gozan se debe a los personajes que idearon poco a poco una vez que se cansaron de pasearse como jóvenes rebeldes con pelos largos. Primero, se sumaron con toda la artillería a los movimientos contra el Sida que poblaron las intenciones ochenteras. Luego, grabaron su primer disco de madurez y el inicio de una larga elaboración de mitos paralelos: The unforgettable fire (1984). El propio nombre aludía a las bombas atómicas sobre Japón y en las canciones Martin Luther King era el protagonista. Luego vino The Joshua Tree, con su desolado árbol en medio del desierto californiano y ese oscuro modo de vida americano. Otro icono y más artillería de compromiso, esta vez contra el intervencionismo de USA en Centroamérica. Los noventa vinieron con un tributo al Berlín tras la caída del muro, pero, de inmediato, como ocurrió con el este alemán, el consumismo se impuso. Bono se reinventaba tras sus gafas de sol y cada álbum derivaba en una gira de alcance planetario. PopMart, Elevation Tour... Cada una, con una razón de ser que lo explicaba todo. La imagen, el símbolo que tocara en cada caso. Como ahora, en un mundo sin horizontes, le toca a Cádiz.