He visto los correos secretos del pirata que nos espió desde Jerez
Detienen a un coquito que cotilleó los 'e-mails' de políticos, profesionales y funcionarios. Sé lo que ponían. O casi
Actualizado: GuardarLos que crecimos abducidos por Tourvel y Valmont (que siempre será mejor que la enana de un reality) aprendimos pronto que «debes enterarte de lo que nunca te quieren contar». Pero a fuerza de hacerlo, se descubre que esos mensajes secretos son, básicamente, siempre los mismos y que un diminuto esfuerzo de imaginación permite intuir su contenido recurrente sin comprometerse. Por eso resulta extraño que un tipo con tres carreras, al que la Policía y la Guardia Civil definen como un superdotado (intelectual), haya comprometido su libertad y sus antecedentes para conocer algo que todos sabíamos. Igual es que los genios también caen por la curiosidad, como gatos.
Si por lo menos hubiera sacado algunas perras... pero aunque parece ser que, presuntamente, pudo conseguir algunas claves bancarias e información «sensible», tras abrir miles de correos electrónicos ajenos, no consta ningún mangazo ni chantaje.
Las víctimas, según las crónicas de sucesos, eran médicos, funcionarios, abogados, políticos (con un ex ministro que todos intuimos), escritores (con un Premio Nacional de Literatura que todos adivinamos), periodistas (con los que ya puede escribir un ensayo sobre la vanidad) y demás profesionales liberales (aunque no lo sean). De la provincia. Espiados desde la provincia.
Así que, básicamente, nuestro pirata se dedicó a desnudar el contenido de esos escritos que casi todos nos enviamos, reenviamos e intercambiamos a diario. Tampoco hay que crucificarlo. Muchos de nuestros jefes también lo hacen y nadie los detiene. En cualquier caso, yo sé lo que ponían esos mensajes. Los he visto. Quizás no sean los mismos que pudo escrutar el bucanero, pero he recibido o mandado otros miles y apuesto a que son calcados.
Pueden dividirse por temáticas, pero vienen a ser todos así. En los correos entre compañeros de trabajo que habrá visto ese hombre, abundan los que dicen: «Estoy hasta los huevos de currar más que todos estos y ganar menos. Aquí, los temas importantes los hago yo y los demás rascándose la barriga. Hay que ver a X, que gana mil euros más que yo y no hace nada». También habrá un gran bloque dedicado a jefes «ineptos, vagos o cabrones» (cuando no las tres cosas) que se lo llevan muerto pese a ser incapaces de encontrar la 'O' en el teclado. Todo esto salpicado de otros como: «Con la de gente que se atraganta en Navidad» o «A que mato al tío éste (a la tía ésta)».
El segundo apartado argumental de los correos que pudo abrir el sujeto estaría dedicado a la crisis económica. Cuando eran envíos entre trabajadores de similar categoría, el contenido usual sería: «Al loro. Me he enterado de que fusionan el departamento de Ingeniería con el de Cafetería».
La respuesta: «¿Y eso en qué nos afecta?». «Pues que cuando realicemos y presentemos el proyecto del avión TPM-200, tenemos que servir el café a los que estén reunidos». «¿Y nos lo pagan aparte?», preguntaría el colega cándido. «No, capullo, nos han rebajado el sueldo a la mitad por hacer las dos cosas a la vez», remataría el informador.
Si el aviso sobre la crisis se produce entre altos funcionarios o directivos de empresas, los e-mails dirían: «Hay que conseguir, como sea, optimizar el flujo de recursos entre los departamentos de Ingeniería y Atención Personal, para lograr una línea low cost, sin desmerecer el producto hi-tech, para presentar un cash-flow impecable, que yo no me voy a perder el bonus... y si tienen que quedarse en la oficina a vivir, que se queden, pero yo no me sirvo el café. Habrá que despedir a 14, pero da igual porque ese trabajo puede hacerse igual con 5. Son todos unos vagos, unos ineptos y unos cabrones». En este caso, sólo habría una respuesta: «No te preocupes, yo me encargo».
El siguiente gran apartado de los escritos profanados por el filibustero de la red sería el sexual. Desde el clásico «¿qué llevas puesto?» hasta el derrotado «ya no me escribes guarradas» pasando por el inevitable «¿has visto como viene hoy la buenorra (o el buenorro) de Administración?».
Un alto número de mensajes tendría contenido político. Del despelleje a la alcaldesa (de Cádiz o Jerez) al deseo de muerte para ZP porque descuartiza fetos. Sin olvidar a los que siguen dando el coñazo con Aznar e Irak. Capítulo aparte para el elevado debate científico sobre si un óvulo fecundado ya es vida o si derramar esperma es un genocidio (estaríamos todos imputados).
La mitad del material que ha visto el detenido en Jerez serían reenvíos del tipo: «No cojas un móvil si lo ves por la calle, ETA les ha puesto explosivos» o «la empresa salchichera López cría ratas en Nepal para hacer hot-dogs».
Para ver todo ésto se ha arriesgado a una pequeña condena, a una multa. Cuánto esfuerzo y energía desperdiciados. Por el que leyó los correos y por los que los escribimos.