ASÍ LO VEO

+/- 1.200.000.000 que más da

Efectivamente, que más da, si me dan por un lado y me lo quitan o mejor dicho, lo mal gasto por otro, lo único que he conseguido es tapar un agujero producido por la escandalosa política pública industrial de la Junta de Andalucía.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Estado y la Junta de Andalucía han acordado el montante de la llamada deuda histórica, que algunos se han anticipado en calificar de deuda de vergüenza y otros, vergüenza de deuda, en mil doscientos millones de euros. Se fundamenta la misma en la supuesta deuda que el Estado español mantiene con el pueblo andaluz. En el primer Estatuto de Andalucía, allá por el año 1981, aparece el concepto y se justifica entonces como la necesidad financiera necesaria para que Andalucía salga del subdesarrollo, ofrezca los mismos servicios a sus ciudadanos que el resto de España y en resumidas cuentas, los ciudadanos andaluces alcancen cotas de igualdad semejantes a las del resto del Estado. Es decir, en aquel entonces la pretensión era y se justificaba en un ambicioso plan de inversiones que equilibrase la secular situación de subdesarrollo. Hoy, siguiendo los dictados del Estatuto la liquidación de la deuda histórica se destinará a educación, sanidad y vivienda. Es decir, el componente fundamentalmente inversor de la deuda en sus orígenes, ha derivado ahora a la asunción de mayores cotas de gasto social, que es lo que la Junta hace a la perfección, gastar y gastar. Y si me apuran, tengo la convicción que con lo que queda por venir, ese gasto servirá para financiar prestaciones asistenciales. Y así, el Gobierno andaluz podrá decir a boca llena, contar con los medios financieros para no dejar a ningún ciudadano andaluz en la estacada. Gastando no hay quien los supere, gestionando los recursos escasos con eficacia y eficiencia es otro cantar.

Liquidado el Presupuesto de la Junta de Andalucía correspondiente a 2007, el déficit generado por las Empresas Públicas alcanzan los mil doscientos millones de euros. Sí el Instituto Nacional de Industria en sus últimos años era una auténtica calamidad y una sangría económica para el Estado, ya tenemos su sucedáneo en Andalucía. Sin duda, pervierte desde la raíz los mecanismos de gestión ordinarios de la propia Administración, sobre la base de la creación de un sector industrial y demás chiringuitos que burlan los límites y controles impuestos por el Derecho Administrativo con carácter general, ¿y para que?, pues para aportar como tarjeta de presentación un descomunal déficit. Su cuantía es de tal naturaleza, que es coincidente con la de la deuda histórica, así es que lo comido por lo servido.

El Instituto de Estudios Económicos califica de dramática y lamentable la situación por la que atraviesa Andalucía, a la vez que pone de manifiesto la rigidez institucional y los obstáculos existentes ante la actividad empresarial, a la vez que determina la existencia de trabas y obstáculos a la libre actividad empresarial. Definitivamente pienso que el Gobierno andaluz no está capacitado para una adecuada y eficaz gestión de buen gobierno. A las cifras y datos me remito: 1º.La Cámara de Cuentas cuestiona la eficacia de de programas industriales supuestamente generadores de empleo, en los que no es posible cuantificar la auténtica creación de empleo, amén de la tardanza en la concesión de las ayudas, creando situaciones de inseguridad jurídica manifiesta. 2º. La morosidad de la Administración andaluza es la más alta de España. 3º. Representando Andalucía el 18% de la población, concentra el 30% de los empleos destruidos en España en el último año y una tasa de desempleo a fecha de hoy que supera el 23%...