COMPAÑEROS. Luis León Sánchez y Alberto Contador. / EFE
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Luisle se hace grande en Niza por delante de Contador, que no se rindió

El ciclista murciano Luis León Sánchez (Caisse d'Epargne) ganó la París-Niza, en la que su amigo y compatriota Alberto Contador (Astana) no se rindió tras haber perdido buena parte de sus opciones la víspera y atacó hasta el último momento.

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En la octava y última etapa, que acabó ganando otro español, el mallorquín, Antonio Colom (Katusha), Contador lanzó una escapada de gran clase por las montañosas carreteras del norte de Niza un día después de desfallecer en los últimos kilómetros de la séptima etapa por un descuido en su alimentación.

«No tenía nada que perder y quería intentarlo. A mí me daba igual conservar el cuarto puesto en la general, lo que quería era salir contento de la París-Niza y lo he conseguido tanto con lo de hoy como con lo que he hecho en toda la carrera», explicaba luego Contador .

Al final, el mejor corredor del mundo en las grandes carreras (ganador del Tour 2007 y del Giro y la Vuelta en 2008) sólo pudo terminar segundo en la etapa. Pero su audacia obligó al equipo de Sánchez a trabajar hasta el final y tener que recurrir al campeón de Luxemburgo, Frank Schleck, segundo en la general a 1 minuto del ganador.

Luisle Sánchez, de 25 años, lograba así la victoria más significativa de su carrera unos meses después de ganar la etapa de Aurillac en el Tour de Francia. El muleño había terminado en tercer lugar la París-Niza en 2007 y en quinto en 2008.

Alberto Contador , gran derrotado de la París-Niza 2009, pagó cara la debilidad de su entorno dentro de un equipo Astana a años luz del nivel que cabía esperar.

La espectacular pájara del madrileño el sábado en la penúltima etapa, que le privó del maillot amarillo de líder la víspera de la llegada a Niza, eclipsó las deficiencias de su formación, incapaz de acompañarle hasta el final en los momentos cruciales.

El mánager de su equipo, John Bryneel, le responsabilizó del fracaso y Armstrong, no sin cierta malicia, dejaba caer que el español «aún tiene mucho que aprender».