Rebrote terrorista
La reivindicación por parte del IRA Auténtico, escisión del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), del atentado contra una base del ejército británico a unos veinticinco kilómetros del Belfast que costó la vida de dos soldados y heridas de gravedad a otras cuatro personas, prueba el rebrote del terrorismo organizado en la región y confirma las sospechas de los servicios de inteligencia sobre el alto riesgo de ataques de paramilitares disidentes en los últimos meses. El grupo autor del primer asesinato de miembros del ejército británico desde 1997 y del atentado de agosto de 1998 en la localidad norirlandesa de Omagh que causó 29 muertos y más de 300 heridos supone una amenaza notable para la seguridad en el Ulster y demuestra que el final definitivo del proceso de paz todavía deberá superar nuevas pruebas y provocaciones del mundo de la violencia.
Actualizado: GuardarEl intento del IRA Auténtico de incitar una reacción desmedida por parte de las fuerzas militares británicas o una espiral de acciones violentas que introduzcan a la sociedad norirlandesa en un clima de tensión, demuestra la obstinación de quienes solo ven en la convulsión social y el derramamiento de sangre el ámbito propicio para que emerja un protagonismo que la democracia ha condenado al silencio.
Pero afortunadamente la sociedad irlandesa hace años que dio la espalda a las organizaciones terroristas dejando paso a los dirigentes políticos para culminar el proceso de normalización con elecciones democráticas que desembocaron en el actual gobierno de coalición entre republicanos y unionistas. Con todo, si las fuerzas políticas no reaccionan con la máxima firmeza impulsando la acción de las Fuerzas de Seguridad y mantienen una unidad sin fisuras, el virus de la violencia podría llegar a cristalizar en algunos sectores sociales añorantes del pistolerismo de otra época.