Madrid me mata

Debe estar resultando terrible para los poderes fácticos madridistas -básicamente los dos periódicos deportivos de tirada nacional con sede en la capital del reino- el desarrollo de la presente temporada. El Barcelona, en un ejercicio de perfección futbolística que no encuentra semejanza en la historia reciente, ha dinamitado la Liga. El título está resuelto hace tiempo, aunque el empate de los culés en Sevilla haya provocado que un gran número de merluzos haya saltado a la palestra para asegurar que todavía queda competición. Pero la única incógnita que resta por resolver a estas alturas del frío invierno es saber si en Europa hay alguien que sea capaz de toserle al equipo de Guardiola y todas las miradas se dirigen a la Premier League.

Manchester y Liverpool se afanan por cruzarse en el camino de la tercera Champions azulgrana aunque a los de Rafa Benítez les espera primero un aperitivo de envergadura con el Real Madrid. Precisamente Juande Ramos ha apostado por repetir el guión de Fabio Capello para -al menos- asegurarse la segunda posición antes de que Florentino Pérez desembarque otra vez el próximo mes de junio. En lo que ya se nos está vendiendo como una versión corregida y aumentada de los no tan lejanos galácticos, uno no deja de sorprenderse de la habilidad que tienen ciertos empresarios y los clubes de fútbol sobre los que posan sus garras para esquivar los reveses de la crisis aunque en Valencia el horno no esté para muchos bollos.

Florentino viene a ser un alivio para esos cientos de miles de forofos que cada quince días se aburren en el Bernabéu y sueñan con tener otra nómina de guapos millonarios vestidos de blanco y en busca de una mansión donde aparcar su Ferrari. Cristiano Ronaldo y Kaká vuelven a ser las piezas más cotizadas aunque a día de hoy sean Messi, Eto'o, Henry, Xavi, Iniesta y Alves los que partan el bacalao.