Sociedad

Zurbarán se hace cubista

Alumnos de Secundaria participan en una iniciativa del Museo para familiarizar a los jóvenes con el arte contemporáneo

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El intenso colorido de las obras de Fernand Léger y el oscuro misticismo de Zurbarán. Dos épocas, dos lenguajes, dos maneras de cifrar la realidad, de interpretarla y de transmitirla. Para los estudiantes del Instituto Columela es relativamente fácil entender las motivaciones, los códigos estéticos y el mensaje del pintor religioso del XVII, pero las vanguardias, como a cualquier no iniciado, se les resisten.

El Museo de Cádiz acogió ayer una curiosa iniciativa que pretende familiarizar a los más jóvenes con los principios esenciales del arte contemporáneo. Aprovechando la muestra sobre Fernand Léger que acoge la pinacoteca provincial, los alumnos tuvieron una ocasión única para acercarse a las claves del particular cubismo de Léger, tomado como autor paradigmático de las vanguardias del siglo XX.

Miguel Ángel Valencia, responsable de la propuesta del Museo, explica que los objetivos del programa «buscan que los jóvenes pierdan el miedo a este tipo de lenguaje, que comprueben con sus propios ojos su sentido y eviten los tópicos que se refieren a la creación contemporánea como algo críptico, indescifrable».

Los alumnos del primer grupo asistieron a una explicación breve «casi protocolaria» de los dos autores. El monitor se limitó a explicarles «el contexto» de cada pintor e hizo un breve repaso por sus respectivas biografías. Posteriormente, los estudiantes tuvieron ocasión de poner en práctica, por sí mismos, las variaciones entre uno y otro lenguaje.

Se les repartió unas láminas en las que aparecía el esbozo de un fraile de Zurbarán y se les pidió que lo «trataran a la manera de Léger», que imitaran su estilo o «crearan algo completamente distinto, porque en la libertad se encuentra la esencia del arte», argumenta Valencia.

El resultado son 53 creaciones originales que forman parte, desde ayer de la muestra, como una extensión paralela de la misma. «Los alumnos están encantados», contrasta el monitor ante la dedicación absoluta de los chavales, que han tomado el suelo para dar rienda suelta a su inventiva. Zurbarán y Légar unidos por pinceles de quince años.