MATADOR. José Ortega Cano, ayer en la Casa de la Cultura de San Fernando. / ROMÁN RÍOS
Sociedad

Del baile al ruedo

José Ortega Cano anunció en San Fernando que lo mejor de su toreo aún «está por llegar» y que se vestirá de luces el día 28

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«¿Qué me gustaría, empezar de nuevo!». Eran palabras de Rocío Jurado, y que José Ortega Cano ha tomado al pie de la letra. Tras anunciar su vuelta a los ruedos en la temporada 2007 asegura que lo que le impulsa a seguir adelante es su afán de superación y su afición al mundo del toreo. A lo largo de su trayectoria ha salido en cuatro ocasiones por la puerta grande, y los años 85 al 87 estuvo en lo más alto del escalón, llegando a torear 74 corridas en la temporada. Tampoco olvida el mundo del toreo las tres vueltas que dio al ruedo en la Plaza de las Ventas de Madrid, donde se llevó las dos orejas.

Como dijo ayer Ortega Cano en San Fernando, «han sido muchas tardes, y en mi vida ha habido muchos contrapiés; mi vida ha sido difícil como torero y en lo personal, aunque también he sido agraciado por vivir 15 años con una persona como Rocío Jurado», y refiriéndose a ella sentencia: «el vacío me ha roto, igual que en dos ocasiones el cuerpo, el toro, y otras cosas del mundo del toreo». Ortega Cano estuvo apunto de perder la vida en dos ocasiones, una en Zaragoza, con un toro de Baltasar Ibán y otra en Mexico. Y lejos del personaje televisivo en el que muchos se han empeñado en encasillarle, el torero Ortega Cano se ha levantado para volver al mundo que siempre le ha pertenecido desde que comenzó como novillero «en la parte seria» de los espectáculos cómicos, entre los bomberos y la banda del empastre.

Ayer en San Fernando, no el personaje, sino el torero se presentó ante la afición taurina para asistir a las I Jornadas de la Peña Taurina Benjamín Gómez. El maestro torero hizo un repaso por su vida donde lo profesional y lo personal quedaba unido en cada una de sus frases. El sentimiento del torero arañaba cada palabra y lo hacía al recordar una tarde de San Isidro en Madrid, cuando no hacía más de 15 corridas al año, y al volver a casa le dijo a su madre «no puedo más, me voy a dedicar a vender fruta», y su madre le respondió, «me das una alegría, pero pienso que se va a perder el mundo del toreo, un torero muy importante». Ortega asegura que «me hizo volar otra vez con la mente y dije dónde está el mundo que me lo como, y ahora, de nuevo, creo que lo mejor de mi está por llegar como torero».

Ortega Cano se enfrenta hoy a dos toros en Granada y sus próximas citas serán el 28 de febrero en Aracena, y el 21 de marzo un mano a mano con Morante de la Puebla en Espartina. «Mi futuro es un milagro, en las plazas, vestido de torero», sentencia Ortega.