
La manifestación de los sindicatos contra el paro se salda con un tibio apoyo
Entre 800 y casi 1.500 personas, según las fuentes, participaron en Jerez en la protesta que lanzó mensajes a la banca y al Gobierno ante la crisis
Actualizado: GuardarEl mismo día que la patronal pedía al Gobierno central que permita que los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se puedan aplicar sin que se necesite la autorización de la Administración, los sindicatos CC OO y UGT y muchos ciudadanos afectados por el desempleo provocado por la crisis quisieron lanzar un mensaje a los empresarios y se echaron a la calle en Jerez para reclamar respaldo para los puestos de trabajo y protección social para las familias de los parados que se han quedado sin cobertura.
Unas 1.500 personas, a tenor de los cálculos de la Policía Nacional, y hasta 2.500, según los dos sindicatos convocantes, y 800, según la Policía Local, recorrieron ayer las calles del centro de la ciudad para protestar por los gravísimos efectos que la crisis económica está provocando en una provincia que cuenta ya con más de 151.000 parados, de los que más de 25.000 son de Jerez.
La protesta, bajo el lema de En defensa del empleo y la protección social, fue calificada de «éxito» por los organizadores, que recalcaron que «es la primera vez que tantos ciudadanos de Jerez se echan a la calle por el empleo, y sin que se trate de un caso concreto como fue en la época de los cierres de bodegas o en conflictos puntuales», resumió el secretario local de CC OO, José Manuel Trillo.
Sin embargo, y pese a que la cifra de parados de la localidad no deja de crecer mes a mes y ya ha traspasado todos sus máximos históricos, la respuesta que recibió la convocatoria por parte de este colectivo fue escasa y tibia, ya que la cifra de participantes en la marcha de ayer ni siquiera se acercó al 10% del total de desempleados que están inscritos en las oficinas del SAE.
Sea como fuere, en la comitiva que partió a las 18.00 horas de la plaza del Arenal no sólo participaron los líderes sindicales locales, sino también los secretarios provinciales de CC OO y UGT, Manuel Ruiz y Pedro Custodio González, respectivamente. También lo hicieron algunos compañeros de otras localidades, así como representantes de algunas de las 33 organizaciones sociales y más de 40 asociaciones de vecinos -algunas de ciudades cercano- que han dado su apoyo a esta campaña de movilizaciones.
Hubo menos representación política, sobre todo porque de los dos partidos más importantes en la provincia y en el Ayuntamiento de Jerez, PSOE y PP, no acudió ninguno de sus principales representantes. Sí quisieron dar su apoyo a los cientos de miles de parados de la provincia los líderes del PA, PSA e IU, e incluso estos dos últimos participaron en la marcha con una pancarta propia.
Durante el recorrido por las calles Corredera, Larga y Sevilla -y luego de regreso hasta alcanzar de nuevo la plaza del Arenal- se pudieron escuchar pitos y muchas sirenas, aunque no demasiadas consignas. Eso sí, ante la mirada atenta de algunos ciudadanos que se pararon a ver pasar la comitiva, algunos de los integrantes de la manifestación les gritaron aquello de «No nos mires, únete». Una de las frases que fueron más coreadas por los participantes se dirigía al numeroso colectivo de desempleados de la ciudad que estaban llamados a echarse a la calle y cuya ausencia provocó gritos de «Dónde están, no se ven, los parados de Jerez».
Y pese a que el recorrido por el centro de la ciudad fue algo tibio, y a ratos deslavazado, las sutilezas y los paños calientes se dejaron atrás a la hora de realizar los discursos finales en la tribuna instalada en la plaza del Arenal, en los que los representantes sindicales lanzaron duros mensajes a las administraciones, pero sobre todo a los empresarios y la banca española.
De este modo, tanto el líder de CC OO en Jerez, José Manuel Trillo, como su homólogo en UGT, Pedro Alemán, recordaron al Gobierno central que una de las principales medidas que debe articular en estos tiempos de crisis salvaje es la de permitir la entrada en vigor de un «subsidio especial» para aquellas familias que carezcan de ingresos porque ninguno de sus miembros cobra ya la prestación por desempleo.