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Medio centenar de constructoras suspendieron pagos a lo largo de 2008
El paro se ceba con el sector del ladrillo, que sigue desplomándose en la provincia y acumuló 30.800 desempleados en el mes de enero La Federación provincial de Empresarios de la Construcción reconoce que se está «viviendo una situación límite» y pide más inversión pública
Actualizado: Guardar«El sector de la construcción se encuentra en una situación límite». Así de contundente se muestra el secretario general de la Federación provincial de Empresarios de la Construcción, Emilio Corbacho, sobre las dificultades por las que está atravesando el ramo actualmente en la provincia. Una afirmación que sostiene a través de los datos provenientes del desempleo y de los concursos de acreedores de las empresas. «En este baremo se pueden observar los problemas que están asfixiando a la construcción», señaló.
Tanto es así, que en el último año se ha triplicado el número de concursos de acreedores para las constructoras de la provincia, con un total de 42 empresas que tuvieron que hacer frente en 2008 a este proceso debido a su declaración de suspensión de pagos. A ello hay que unir las mareantes cifras del paro del sector en la provincia con más de 30.800 desempleados, uniéndose en enero un total de 126 nuevos demandantes de empleo procedentes de la construcción.
Problemas de viviendas
Una situación que tiene su reflejo en los problemas que están encontrando los promotores para terminar las edificaciones, con numerosas construcciones en la provincia paralizadas o pendientes de entrega. De hecho, desde las organizaciones de consumidores se advierte de un incremento de reclamaciones como consecuencia del incumplimiento del contrato en este punto. Uno de los casos que ha dado esperanza a los futuros propietarios -que no vean salida a la paralización de los trabajos en una promoción-, se ha producido en San Fernando con la sentencia que obliga a Aifos a pagar unos 70.000 euros a Benito González -un afectado por una situación de este tipo- por acumular dos años de retrasos desde la fecha fijada para la entrega de su vivienda.
Facua maneja varias reclamaciones de este tipo aunque especifica que en, cada caso, «se dan diferentes circunstancias porque puede ser que la empresa pase simplemente por una mala racha y que solucione el conflicto en un par de días o que se pueda llegar a un acuerdo». La asociación de consumidores añadió que «también hay casos más alarmantes en los que la empresa ya no existe o está en quiebra o a punto, como lo que le ha pasado a la promoción Cala del Sol y en la que el cliente se encuentra desamparado».
Por esta razón resulta complicado realizar una cuantificación de las edificaciones que se encuentran actualmente paralizadas en la provincia, algo que incluso se reconoce desde la propia Federación provincial de Empresarios de la Construcción, instando al dato de los concursos de acreedores como consecuencia del mal momento por el que atraviesa la construcción.
Un flotador desinflado
Son varias las esperanzas a las que se agarra el sector para reactivar esta actividad, muy mermada a consecuencia de la actual coyuntura económica. Parecía que la solución estaba en el Plan de Viviendas concertado con la Junta, pero el propio Corbacho reconoce que, hasta ahora, «falta financiación, por lo que, por el momento, no se espera que la norma cumpla con las expectativas que había generado». La inversión, es una de las principales demandas de los constructores para poder capear los efectos de la crisis. Ahora se esperan los resultados provenientes del Fondo de Inversión Estatal y del plan Proteja de la Administración regional, para ver si realmente consiguen redirigir la caída en picado a la que se asoma la construcción. En cualquier caso, entre los empresarios existe cierto escepticismo al respecto, califican estas medidas como temporales y dudan de que vayan a solucionar los verdaderos problemas a los que se enfrentará el ladrillo en los próximos meses.
El futuro no se presenta muy halagüeño y bajo el peso de su experiencia, el propio Corbacho afirma que esta es «la peor crisis de los últimos 50 años, para lo que no hay más que ver el aumento de los concursos de acreedores, la caída de ventas de los pisos, del consumo de cemento y las cifras de paro». Ante la alarma que se ha encendido en el sector de la construcción, la propia organización convocará un acto regional al que también se citará a los sindicatos para intentar encontrar nuevas fórmulas que permitan sobrellevar las dificultades y tomar un poco de aire.