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La familia de la actual novia del presunto asesino pide que «se pudra en la cárcel»
Rocío niega estar embarazada y asegura que Miguel «no le levantó la mano ni la voz ni me obligó nunca a nada»
Actualizado: GuardarLa familia de Rocío, la actual novia de Miguel C. D., recibió ayer a ABC en su domicilio de la barriada de La Fuente, en el pueblo sevillano de Sevilla, a donde llegaron hace dos años huyendo del peligro que entrabaña vivir en las Tres Mil Viviendas. Tanto Rocío como su familia aseguran haber recibido un «palo descomunal» cuando Miguel, que convivió con ellos casi tres meses, confesó que mató a Marta y que su amigo Samuel le ayudó a deshacerse del cadáver.
El el comedor de la casa, Rocío, una adolescente de 14 años, de cuerpo menudo y rubia, tiene los ojos hinchados que delatan las horas que ha pasado llorando. A su lado está su madre, Soledad, una gitana de 39 años, con la tez, el pelo y los ojos claros, quien aún no da crédito a lo que están viviendo. La abuela, de luto riguroso, asegura que ella ha rezado todos los días para que apareciera Marta.
«El 19 de febrero íbamos a hacer tres meses de noviazgo» contó visiblemente afectada Rocío, que cursa 2º de ESO. «Se han dicho tantas cosas que son falsas. No estoy embarazada ¯declaró, al mismo tiempo que mostraba la barriga. Hemos tenido que escuchar cosas horribles, como que yo he podido participar en la desaparición de Marta o que el marido de mi madre está implicado en el asesinato», dice Rocío con un tono de voz que casi no se le escucha.
«Un flechazo»
Su madre, convaleciente de un infarto que sufrió hace poco tiempo, tuvo que tomar ayer una cafinitrina ante la ansiedad que le creó las noticias que escuchó en la televisión . «Lo de mi hija y Miguel fue un flechazo. Miguel comenzó a trabajar en noviembre con mi marido, encargado de una empresa de limpieza. Un día lo trabajo a casa a almorzar y al poco tiempo comenzó a salir con mi hija. Acepté que viniera a vivir a casa porque temía un noviazgo y no quería que mi hija terminara yéndose a vivir con él a la casa que tiene en León XIII. Yo soy muy confiada y lo acogí como a un hijo porque decía que era huérfano, que estaba muy solo y que comía siempre precocinados. Vivía en casa, pero no dormía en la misma cama que mi hija. Miguel dormía en un mueble-cama y mi hija Rocío en su cuarto con otra hermana», explicó Soledad. «Fue mi primer novio formal. Lo demás fueron tonterías», relató Rocío, quien nos dejó para este reportaje la única imagen impresa que tenía de Miguel, una foto de carnet en cuyo reverso se puede leer: Rocío y Migue. 19-11-08. TKM (te quiero mucho) Princesa. «Miguel no era violento, tenía buenos modales y era educado. Nunca me levantó la mano ni la voz, ni me obligó a nada», comentó Roció, quien ahora siente escalofríos al pensar que ella hubiera podido correr la misma suerte que Marta.
«Miguel contó muchas cosas que ahora ponemos en entredicho. Dijo que tenía 19 años años y que había estudiado hasta 3º de ESO, así como que su padre era italiano. Tenía un hermano con el que no se llevaba muy bien. Nos contó que su madre se llamaba Felisa y que murió. Su padre abandonó a sus hijos yéndose a Italia. Él quería vivir solo y nos dijo que compró a su hermano la mitad del piso que les había dejado su padre en León XIII», añadió la madre de Rocío. Según la actual novia de Miguel, éste contó que había solicitado un préstamo de 132.000 euros para comprar al hermano la parte de la casa que su padre le había dejado.
«Yo sabía que Miguel había estado saliendo con Marta hace tiempo. Miguel chateaba con sus amigos y con Marta. A veces también hablaban por teléfono, pero yo siempre pensé que eran amigos. ¿Qué si estaba celosa? Pues claro que sí, péro qué iba a hacer?», comentaba Rocío, quien aseguró que la Policía se llevó de su casa el ordenador de Miguel y otros tres de la familia.
La madre de Rocío confiesa que ella intuía que Miguel estaba siendo infiel a su hija «porque entraba a trabajar a las 4 de la madrugada en un bingo y salía a las 10 de la mañana. Sin embargo, llegaba a las tres de la tarde a casa y siempre decía que estaba con su hermano, arreglando papeles o limpiando su casa de León XIII».
El día de los hechos
«La tarde que desapareció Marta habíamos discutido. Sin embargo, llegó a las once menos diez de la noche y lo noté normal. Ya le dije a la Policía que no traía sangre en la ropa. Su teléfono sonó aquella noche mucho. Le llamó su amigo Samuel, quien le habría ayudado a tirar el cadáver al río, según ha confesado Miguel. También le llamó la madre de Marta, a quien dijo que la había dejado en su casa a las 9,30 horas. En los 21 días que han pasado desde que desapareció Marta hasta que Miguel ha confesado el asesinato el siempre reaccionó de una manera muy fría, como si no fuera con él la cosa».