CÚPULA. En la factura del templo intervinieron decenas de artistas. / MIGUEL GÓMEZ
Sociedad

Una joya del arte en Cádiz con la huella de las primeras firmas

Goya, José Camarón o Haydn pusieron su creación al servicio de la belleza entre las paredes de la Santa Cueva

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El Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz permite un paseo por la metafísica. Comienza en la austeridad de las paredes encaladas de la capilla subterránea, con el único adorno del Calvario y sube por las escaleras hasta gloria de la explosión artística de la iglesia superior, uno de los principales monumentos religiosos de la ciudad con las firmas de los principales artistas de la época.

Su construcción se inicia hacia 1781 a instancias de José Sáenz de Santa María, marqués de Valdeiñigo, para la Cofradía de Disciplinantes de la Madre Antigua, que elige para sus oraciones un frío sótano bajo la parroquia del Rosario.

La iglesia superior presenta una planta elíptica, y es una obra exquisita realizada con un tratamiento riquísimo de materiales, de acabados muy delicados y llena de detalles de muy exquisita decoración. Esta planta elíptica se apoya sobre la iglesia inferior, de tres naves, en un alarde constructivo.

Firmó el proyecto de la obra el célebre arquitecto Torcuato Cayón de la Vega quien la dirigió hasta 1796, y la acabó su ahijado y discípulo, Torcuato Benjumeda en estilo neoclásico, aunque con ciertas reminiscencias barrocas.

La iglesia superior, dedicada al Santísimo Sacramento, se inspira en la obra de Ventura Rodríguez, uno de lo mejores arquitectos del neoclásico español, y toma forma a través de ocho altas columnas de mármol de orden jónico adosadas al paramento curvo, sobre las que apoya la elegante bóveda elíptica con lunetos en su base donde entre otras, aparecen obras de Goya, José Camarón o Zacarías González.

Música para la capilla

La Capilla inferior, dedicada a la Pasión de Cristo, en acusado contraste con la superior, es de porte muy sobria, como correspondía a los fines para los que fue destinada. Tiene planta de salón con tres naves separadas por columnas de base cuadrada, y en su altar frontal presenta un impresionante Calvario completo de mármol en tamaño natural, obra de los escultores Vaccaro y Gandulfo, para el que Joseph Haydn compuso su famoso Oratorio de las Siete Palabras de Cristo en la Cruz, que se representa anualmente.

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