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EE UU avisa de que la lucha antiterrorista en Afganistán «será más dura que en Irak»
El Gobierno de Obama dibuja en la Conferencia de Seguridad un futuro desolador para el país
Actualizado: GuardarFuturo desolador. El nuevo Gobierno de Estados Unidos reconoció ayer en Múnich el incierto panorama de la guerra que la OTAN desarrolla en Afganistán contra los talibanes. Lo hicieron hasta tres importantes colaboradores de Barack Obama en cuestiones de Defensa, Seguridad y Política Exterior. Este trío, además, aprovechó para pedir a sus socios el envío de más soldados a la zona y una revisión de la estrategia política y militar en la región para evitar el colapso del país.
El consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones; el comandante en jefe del Mando Central en el Mediterráneo y Afganistán, David Petraus, y el nuevo enviado especial para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, causaron desconcierto e inquietud entre el público que asistió a la ultima jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich al admitir que Estados Unidos y la comunidad internacional habían cometido errores en su política hacia Afganistán y que era necesario el envío de más tropas para impedir una eventual derrota de las fuerzas de la OTAN.
En un lenguaje particularmente franco para un diplomático, el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, fue directo al grano y admitió que nunca antes había visto un caos semejante como el que su país había heredado en Afganistán. «La lucha contra el terrorismo en Afganistán será larga y mucho más dura que en Irak», dijo Holbrooke al confesar que el escaso impacto militar y de la ayuda civil era una de las causas por las cuales los militantes de Al-Qaeda y los talibanes habían ganado terreno. «Hemos comprendido poco a poco que los problemas en Afganistán no afectan a un país, sino que se trata de un problema regional», añadió.
El Comandante en Jefe del Mando Central, David Petraus, en cambio, se atrevió a confesar que la situación de seguridad en Afganistán se había deteriorado marcadamente desde 2007 y apeló al envío de nuevos soldados y equipo militar para asegurar la estabilidad de un país que debe acudir a las urnas en el próximo mes de agosto, una cita cívica crucial para el propio gobierno.
«Nada será fácil con Afganistán y estoy convencido de que habrá una larga y difícil lucha en ese país», dijo el general al revelar que las fuerzas estadounidenses en Afganistán aplicarán algunas tácticas que tuvieron éxito en Irak, donde el general comandó las fuerzas americanas.
Según el general, la tarea central en Afganistán debe ser «reafirmar» la legitimidad del gobierno central en Kabul, pero también agregó que su país y la OTAN debían prestar más atención a los factores políticos y culturales como un primer intento para buscar alianzas locales con los líderes tribales, una estrategia que tuvo éxito en Irak.
Demasiado tarde
El asesor de Seguridad del nuevo gobierno, James Jones, admitió por su parte que la OTAN y la comunidad internacional habían detectado demasiado tarde la dimensión de los problemas en la región y habían de impulsado con retraso el desarrollo del cuerpo policial y del sistema judicial.
«Nos concentramos demasiado tarde en la construcción militar», afirmó al asesor de Seguridad del presidente Obama en Múnich; «Afganistán no es sólo un problema estadounidense, es un problema internacional».
En la jornada de clausura de la Conferencia también participó el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, quien anunció que su gobierno deseaba buscar el dialogo con los talibanes moderados. El jefe militar de la OTAN, el general John Craddox, además de exigir el envío de más soldados, advirtió de que la Alianza iniciará un ataque contra los llamados señores de la droga en los próximos días.