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El Chelsea despide a Scolari
El segundo técnico, Ray Wilkins, se hace cargo de la plantilla hasta que la entidad inglesa encuentre nuevo técnico
LONDRES Actualizado: GuardarEl club londinense Chelsea, propiedad del magnate ruso Roman Abramovich, ha confirmado la destitución del técnico brasileño Luiz Felipe Scolari. A través de un comunicado ha explicado que ha adoptado esta emdida para poder continuar siendo competitivo y poder optar a los trofeos "por los que todavía competimos".
El Chelsea ocupa la cuarta posición de la tabla general con 49 puntos, 7 menos que el Manchester United, actual líder de la Premier. El club de Londres ya ha comenzado la búsqueda de un sustituto para el brasileño. Hasta que la entidad inglesa encuentre nuevo técnico, se hará cargo de la plantilla el segundo de Scolari, Ray Wilkins.
El que fuera entrenador del Chelsea, John Hollins, cree que la destitución se debe a que no ha sabido "adaptarse" al día a día que implica entrenar un club. "Yo tengo la sensación de que no ha sabido adaptarse al día a día (de entrenar un club) mientras que internacionalmente, tenía tiempo para analizar un partido y seleccionar un equipo pero dirigir (al Chelsea) es instantáneo".
Tercera víctima de Abramovich
Tras el portugués José Mourinho y el israelí Avram Grant, Scolari se ha convertido en el tercer técnico que ve rodar su cabeza con la implacable soga del multimillonario dueño del Chelsea, el ruso Roman Abramovich. La decisión ha sido fulminante y ha cobrado "efecto inmediato", según informó hoy mediante un comunicado emitido en su web la entidad de Stamford Bridge, alarmada ante la precariedad que tomaba la situación del once de Londres, cuarto en la tabla general, y separado ya por 7 peligrosos puntos del líder Manchester United.
Scolari era un fichaje ganador. Envuelto en enormes expectativas, recaló en Stamford Bridge esta temporada para rematar lo que no pudo conseguir el israelí Avram Grant, al quedarse aquel a las puertas de la Liga y de la Liga de Campeones. Al igual que el idilio de Abramovich y Mourinho llegó a su final, y como ocurriera el pasado año con Grant, con el que el ruso tampoco tuvo ninguna piedad, el brasileño tampoco ha gozado de la más mínima compasión.