Las llamas avanzan en los sureños estados de Victoria y Nueva Gales del Sur dejando pueblos arrasados a su paso. /Ap
desastre natural

La cifra de muertos se dispara a 108 en los peores incendios de la historia de Australia

El Gobierno ordena el despliegue del Ejército para colaborar con los los 3.000 bomberos y miles de voluntarios en las labores de extinción

SIDNEY Actualizado: Guardar
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La tragedia natural que se ha desatado en Australia sigue aumentando sus devastadores cifras. La Policía ha informado de que ya son 108 las víctimas mortales del incendio masivo declarado en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur, y ya se ha convertido en el más letal de toda la historia de la isla, por encima de los trágicos fuegos del 'Miércoles de Ceniza', que se cobraron la vida de 75 personas en 1983.

Las autoridades australianas buscan a un centenar de personas desaparecidas a raíz de las llamas, que han destruido 750 casas y quemado 340.000 hectáreas de terreno, principalmente bosques. La Cruz Roja de Australia está atendiendo a 3.730 personas sin hogar. Con estos datos, se prevé que el número de víctimas mortales siga aumentando cuando los equipos hayan acabado de registrar todas las casas y coches en las zonas afectadas, a las que hoy se ha empezado a acceder.

Unos 30 incendios continúan su avance en Victoria, siete de ellos sin control y dos cerca de zonas pobladas, mientras que en Nueva Gales del Sur los bomberos y voluntarios combaten 53 frentes, de ellos nueve incontrolados, pero ninguno próximo a zonas habitadas.

Fondo gubernamental de ayuda

"El infierno con toda su furia ha visitado a la buena gente de Victoria en las últimas 24 horas. Es una tragedia para la nación", ha afirmado el primer ministro australiano, Kevin Rudd, que ha ordenado al Ejército colaborar con la policía y los bomberos y ha anunciado un fondo de 10 millones de dólares australianos (seis millones de dólares) para los afectados.

Además del fondo gubernamental, cuatro bancos comerciales se han comprometido a entregar a los damnificados tres millones de dólares australianos (dos millones de dólares) y se recogen donaciones anónimas en una cuenta habilitada para tal efecto. Todas las víctimas mortales son del estado de Victoria, así como los heridos, ocho de los cuales están internados en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Alfred de Melbourne.

Bomberos y voluntarios de los estados vecinos se han unido a los equipos que luchan contra las llamas en Victoria, donde el calor ha remitido considerablemente. No obstante, el primer ministro del estado, John Brumby, que como Rudd ha visitado los lugares afectados, ha advertido de que la situación no es segura y ha pedido prudencia a la población.

El fuego ha convertido en cenizas las poblaciones de Marysville, a unos 100 kilómetros al nordeste de Melbourne, y Kinglake, a unos 70 kilómetros al oeste de la anterior, y en ellas se ha encontrado el mayor número de muertos. Se han hallado cadáveres en 18 municipios distintos, desde Bendigo, a unos 158 kilómetros al noroeste de Melbourne, hasta la región de Gippsland, a uno 160 kilómetros al sureste de Melbourne.

Los peores incendios de la historia

Los afectados han comparado la magnitud del desastre con la hasta ahora mayor oleada de incendios vivida en el país, el 'Miércoles de Ceniza' de 1983, que dejó 76 muertos entre Victoria y el vecino estado de Australia del Sur. "Yo viví el 'Miércoles de Ceniza' y creo que esto es posiblemente peor. Todos nuestros conocidos lo han perdido todo y no ha quedado nada en el pueblo", ha explicado Raylene Knicaide, residente de la localidad de Narbethong, al noreste de Melbourne. "El pueblo parecerá Hiroshima, parecerá como (si hubiera caído) una bomba nuclear. Hay animales muertos por toda la carretera", ha detallado Chris Harvey, un vecino de Kinglake que ha perdido su casa.

La región meridional de Australia llevaba dos semanas inmersa en una ola de calor sin precedentes cuando brotaron los incendios, algunos de los cuales la Policía cree que han sido provocados. De hecho, hay un hombre detenido por provocar presuntamente uno de los fuegos en el estado australiano de Nueva Gales del Sur. El sospechoso, de 31 años, ha sido acusado de provocar el incendio prendiendo fuego a una propiedad de otra persona. Fue detenido ayer y puesto en libertad tras ser interrogado, pero de nuevo esta mañana ha vuelto a ser arrestado. El juez le ha denegado la fianza y mañana comparecerá ante el tribunal.

Además, un adolescente de 15 años también ha sido interrogado por un pequeño foco declarado en el Parque Nacional de las Montañas Azules, situado a 81 kilómetros al oeste de Sidney. Este incendio no ha provocado víctimas ni daños materiales.