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El Gobierno defiende ante el Vaticano el aborto y Educación para la Ciudadanía
La vicepresidenta De la Vega garantiza al número dos de la Santa Sede que el Ejecutivo no modificará los acuerdos Iglesia-Estado
Actualizado: GuardarEl Vaticano ya conoce de primera mano la posición del Gobierno sobre la próxima reforma de la regulación del aborto y su apuesta por Educación para la Ciudadanía. Teresa Fernández de la Vega informó ayer sobre ambas cuestiones al número dos de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, durante la reunión que ambos mantuvieron en La Moncloa y en la que la vicepresidenta le garantizó que no se modificarán los acuerdos Iglesia-Estado.
Fue el encuentro más político de la apretada agenda del cardenal, que incluyó también entrevistas con José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Ángel Moratinos y Mariano Rajoy, y un almuerzo privado con el Rey y el Príncipe de Asturias.
En una entrevista de más de una hora, que portavoces de La Moncloa calificaron como «muy cordial» en un marco de «respeto y cooperación», De la Vega defendió ante el secretario de Estado del Vaticano la reforma de la ley del aborto que estudia el Parlamento «como una garantía de los derechos de las mujeres» para dotar de «seguridad jurídica» a las mujeres y los médicos y reducir el elevado número de embarazos no deseados.
La vicepresidenta primera también le ofreció detalles sobre Educación para la Ciudadanía y apoyó la defensa de la asignatura en el reciente pronunciamiento del Tribunal Supremo, que rechazó la objeción de conciencia promovida por diferentes colectivos católicos.
Además, la vicepresidenta garantizó al prelado que «no se van a tocar en ningún momento» los acuerdos con la Santa Sede, y le dio detalles sobre la modificación de Ley de Libertad Religiosa, que pretende reflejar «la diversidad de la sociedad española». No se abordaron las relaciones entre el episcopado español y el Ejecutivo socialista, según las mismas fuentes.
De la Vega es la encargada de las relaciones del Gobierno con el Vaticano y ya mantuvo una crucial reunión con Bertone en Roma, en noviembre de 2007. Aquella entrevista marcó un punto de inflexión en las delicadas relaciones con el Vaticano y generó una llamada del Papa a su amigo y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco várela, para que se rebajara la presión contra el Ejecutivo ejercida desde el episcopado español.
Terminada la entrevista con De la Vega, el cardenal salesiano mantuvo una reunión más institucional con el presidente del Gobierno, también en La Moncloa.
Fue un encuentro sin agenda cerrada, marcado por el diálogo «fluido, cordial y fructífero» y en el que se pasó de puntillas por las cuestiones más polémicas, según fuentes del Ejecutivo.
Fruto de la entrevista fue el acuerdo de abrir «una etapa de diálogo constructivo» entre el Gobierno y el Vaticano, según fuentes del Ejecutivo español, que añadieron que se basará en el mutuo respeto a las posiciones de cada estado. Rodríguez Zapatero invitó a Bertone al segundo foro de la Alianza de las Civilizaciones y le garantizó el máximo apoyo a la celebración de la jornada de la juventud que tendrá lugar en Madrid en 2011. También trasladó una invitación del Gobierno a Benedicto XVI para que participe en el Año Santo Compostelano. En este encuentro no estuvo presente Antonio Cañizares, nuevo prefecto de la Congregación para el Culto Divino.
Nueva etapa
La intensa jornada de trabajo matinal de Bertone concluyó con un almuerzo privado con don Juan Carlos y el Príncipe de Asturias.
La primera entrevista de Bertone con un miembro del Gobierno había sido a primera hora con el ministro de Exteriores. Departieron sobre la Alianza de Civilizaciones «y las posibilidades que abre dicha iniciativa para facilitar las relaciones interreligiosas», según un portavoz del Ministerio. También abordaron la situación en Gaza y el proceso de paz en Oriente Medio, «examinando las numerosas coincidencias en la postura que han mantenido España y la Santa Sede durante la crisis en los meses de diciembre y enero».
Con estos encuentros al máximo nivel se abre una nueva etapa en la relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno español, moderadamente cordiales pero no exentas de puntos de tensión. El Ejecutivo busca limar diferencias y abonar la distensión en sus relaciones con la Iglesia, pero marca con claridad la diferencia entre el diálogo con el Vaticano y con un episcopado español más proclive a la hostilidad.
Lo quiso demostrar el Gobierno la víspera con un guiño a la diplomacia vaticana al rechazar en el Congreso varias iniciativas mal vistas por la Iglesia, como la revisión de los acuerdos con el Vaticano y la creación de una subcomisión para estudiar la muerte digna y la eutanasia.