
La UE apoya el cambio de Obama
La Unión se muestra proclive a acoger presos de Guantánamo que no tengan una acusación formal
Actualizado: GuardarEuropa, que ha acogido con júbilo el cierre del centro de detención estadounidense de Guantánamo, se ha mostrado mucho menos cálida a la hora de considerar la acogida en su territorio de algunos de los prisioneros que allí se encuentran recluidos.
Ayer, los ministros de Exteriores de la UE abordaron esta posibilidad, a iniciativa de Portugal, que la planteó al Consejo a finales del año pasado, antes, por lo tanto, de que Obama, ya como presidente, firmara el cierre de la prisión situada en Cuba. La idea estudiada es que aquellos prisioneros que no tienen acusaciones formales, pero que no pueden volver a sus países de origen pues su vida correría peligro, sean acogidos por los estados miembros de la UE. Se trata de, aproximadamente, seis decenas de los 245 detenidos que aún permanecen en Guantánamo. Proceden de Azerbaiyán, Argelia, Afganistán, Chad, China, Arabia Saudí y Yemen.
Aparentemente, aunque no existe confirmación oficial al respecto, la nueva Administración norteamericana ha pedido ayuda a sus aliados europeos para dar carpetazo a Guantánamo pero ayer, en el Consejo, pudo constatarse que no hay consenso todavía entre los Veintisiete sobre el camino a seguir. Según Lisboa, poco más de media docena de socios comunitarios, entre los que se encuentran España, Portugal, Italia y Francia -también Finlandia por lo que se vio ayer- observarían con buenos ojos la posibilidad de colaborar con las autoridades de Washington en este asunto, mientras que otros (Alemania, Austria, Holanda, Reino Unido) son abiertamente reticentes.
Pero todos, tanto los que están a favor como los menos proclives, reclaman un consenso del conjunto de los Estados miembros. Quieren una decisión europea, aunque después, corresponda a cada país, en el ejercicio de sus derechos soberanos, ponerla en aplicación.
La necesidad de la posición común parece obvia: el medio centenar largo de prisioneros de Guantánamo que podría terminar en la UE no tiene causas pendientes con la justicia americana, luego tampoco con las europeas. Quedarían libres, bajo la tutela de las administraciones de las naciones de acogida, lo cual plantea problemas de dos órdenes: de seguridad y políticos. A los primeros, los países más reticentes a la acogida subordinan cualquier actuación común: EE UU debe ofrecer garantías de que esas personas no son peligrosas.
Casos concretos
Hasta ahora, sin embargo, la Administración norteamericana, salvo casos muy concretos, sólo ha admitido que no ha podido probar ningún delito a algunos de los detenidos, lo cual enlaza con los problemas de índole política derivados de la situación. Porque imponer a los ciudadanos europeos la presencia de estas personas, que se han pasado siete años en una prisión alegal, tiene un coste político evidente.
La posición común de los socios comunitarios es tanto más necesaria cuanto que el espacio único interior permitiría el libre desplazamiento de los excarcelados. Un acogido en España, por poner un ejemplo, podría estar al día siguiente en Alemania, un país donde el Gobierno de coalición está dividido sobre qué hacer con estos extrañados de Guantánamo.
El tema, por sus complejidades jurídicas, tendrá que ser considerado por los ministros de Justicia e Interior de la Unión en un próximo consejo, pero la respuesta a los requerimientos americanos no será rápida. «Yo creo -decía Javier Solana- que los europeos quieren afrontar el problema con una actitud positiva, en clave humanitaria, pero para ello hará falta que la Administración del presidente Obama ponga los papeles en orden y demuestre que esos prisioneros no representan peligro de ninguna índole. Se trata de un problema americano. Nosotros estaremos dispuestos a cooperar si es necesario».
El ministro germano de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, reconocía por su parte que la UE arriesga su credibilidad si, tras criticar Guantánamo, no arrima el hombro para ayudar a los americanos a resolver el problema.