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«Éste no es vuestro sitio»
Mario Conde volvió ayer a la cárcel, esta vez a la Prisión de Sevilla, para dar una charla. «No reincidáis», pidió a los internos
Actualizado: GuardarEn su primera jornada en la cárcel en la Nochebuena de 1994, un interno le pasó un pastelito por entre las rejas de la puerta. Todavía con el susto en el cuerpo, Mario Conde miró por la mirilla y oyó a su vecino decir: «Señor Mario, de aquí se sale». El mismo mensaje trasladaba ayer el ex banquero de éxito reconvertido a conferenciante, editor y bloguero a los presos de la cárcel de Sevilla: «Éste no es vuestro sitio, pelead por estar fuera». El ex presidente de Banesto pidió también a todos que lean mucho y que no reincidan porque aunque «fuera la cosa está complicada, al menos hay esperanza».
Aceptó la invitación y volvió a la cárcel, aunque Conde tuvo ya «bastante» con Alcalá Meco. Hasta obtener la libertad condicional en 2008, allí se dedicó durante catorce años a leer unos 500 libros, a estudiar Derecho y a escribir, a caminar por los patios de la prisión en lugar de por las moquetas de los salones financieros y a apilar mantas en el departamento de ingresos del centro penitenciario de siete y cuarto de la mañana a nueve y media de la noche. Todo el día apilando mantas, tras ser condenado por el Tribunal Supremo a una pena de privación de libertad de 20 años por delitos de estafa, apropiación indebida y falsedad por el agujero patrimonial que causó en su etapa como gestor de la entidad financiera, de 1987 a 1993.
Mario Conde siempre corrige cuando le presentan en un acto público como éste y elude referirse a su paso por el trullo. Al fin y al cabo, sus entradas en prisión casi fueron retransmitidas en directo. No fue el caso. Ayer fue interrumpido con aplausos durante la charla y hasta recobró la sonrisa cuando un interno le preguntó dónde escondía el dinero. Otro le pidió que le prestara su traje -Conde ha perdido algo de su imagen de ejecutivo triunfador, pero va como un pincel- y otro quiso saber saber si era verdad que tenía jamones de jabugo colgados en la celda.
Editor y 'líder espiritual'
«A las siete de la mañana preparaba el desayuno para los que se iban de diligencias, y cuando había cunda (traslado de presos) me quedaba hasta las diez de la noche, Los sábados también», explicó Conde. Sí admitió que el único privilegio que tuvo fue estar solo en la celda, «por seguridad», tal y como lo dictaminó un auto judicial. Metidos en harina, el que fuera uno de los hombres más poderosos del mundo financiero español de los años 80 y principios de los 90 les contó que ha montado una pequeña editorial, Séneca, que ayuda a jóvenes escritores noveles a editar sus obras, y que ha escrito cuatro libros; El Sistema, Derecho penitenciario vivido, La Palabra y el Tao y Cosas del Camino. En estos dos últimos profundiza en el concepto de la espiritualidad, «que no en la religión», suele matizar él.
Mario Conde también suele abordar en sus conferencias lo que puede aportar la espiritualidad a la economía en tiempos de crisis. Mantiene su afición por la caza y la vela y su lugar preferido de descanso es su finca La Salceda, en los montes de Toledo. Allí volvió ayer tras salir de prisión, otra vez.