Temporada alta
Eso es lo que nos espera a partir de este momento en las hermandades y cofradías de la ciudad. Atrás en el recuerdo cercano nos quedan las zambombas, villancicos, almuerzos, cenas, cabalgatas de Reyes Magos y todo lo que acompaña a la reciente navidad celebrada.
Actualizado: GuardarSi rebobinamos en nuestra memoria, un poco más lejanos nos encontraremos en nuestro archivo los meses de verano y la vuelta al cole de los pequeños o al trabajo en los mayores, si es que lo tenemos con la que está cayendo con esto de la crisis.
Primeras igualás en el horizonte más próximo, molías al hombro por las calles de Jerez, calendarios de culto, luces encendidas en las casas de hermandad hasta altas horas de la madrugada, preparando los enseres que harán falta primero para funciones, besamanos y besapiés y luego para la esperada salida procesional, las bandas afinando acordes en el frío de la noche, abonos de palcos y sillas a la venta en la Unión de Hermandades, reuniones del Consejo para ajustar horarios al objeto de evitar, por ejemplo, viernes santos pasados...
Seguro que todo se arreglará con la mejor intención de todos, y las casas de hermandad convertidas en auténticos centros de operaciones, de los hermanos de todas y cada una de las cofradías, que sueñan con su próxima salida.
Fantástico, nos quedan menos de 90 días para el ansiado y añorado Domingo de Ramos, menos de tres meses para que la hermandad de la Borriquita con sus pequeños penitentes y sus palmas, invada con su alegría las calles del centro, y sin embargo, hay cosas que entristecen los momentos que nos quedan por vivir durante este período.
Cuando todo pase, cuando se guarden los pasos, la cera se limpie, y todo quede bien recogido, nuestros sagrados titulares, nuestras casas de hermandad, volverán a quedar vacías, y qué quieren que les diga, con todos mis respetos, esa soledad en nuestras queridas corporaciones, me parece triste.
Así es, es temporada alta en nuestras hermandades, vas de veraneo al sitio habitual un año después y te encuentras con las mismas caras que no veías desde hace un año, llega la Cuaresma y las semanas previas para reencontrarte con los mismos que desde hace doce meses no te veías.
Pero como todo en la vida, tenemos que buscar la parte positiva de la vuelta a su casa de nuestros hermanos. Es, sin lugar a dudas, el mejor momento para fidelizar a nuestros hermanos, es el mejor momento para decirles que nos acompañen y participen en la vida de su hermandad durante los 365 días, no sólo cuando la Semana Santa está llamando a nuestras puertas.
Aprovechemos la multitud que se nos avecina, disfrutemos de la compañía de estos meses que también nos harán más llevadero el trabajo pendiente, para que todo salga de la mejor manera posible. Aprovechemos que es temporada alta, que ya nos llegaran las rebajas.
Tampoco es para dramatizar con este asunto, pero supongo que a la mayoría nos gustan los cortejos numerosos, los cultos con los templos a rebosar, los ensayos con costaleros de sobra, y por supuesto nos encanta la buena compañía durante el resto de meses.
No es bueno que el hombre esté solo, ni tampoco es bueno que las hermandades lo estén, así que no nos queda otra que aprovechar que es temporada alta y disfrutar de la buena compañía.