Jerez

A Manolo Mesa, el tercer ángel del Huerto

Hace una semana te fuiste amigo mío. Nunca en casi 20 años te vi una mala cara, sólo cuando te decía que eras del Cádiz o cuando en los años que compartía contigo estación de penitencia dominica algunos, Jueves Santo y te decía que había sacado la papeleta número 1, indiscutiblemente ese número era la tuya y ese era tu sitio.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Posiblemente fueras el primer cofrade en repartir abrazos y sonrisas, a cada uno sabías qué postura ponernos para identificar a nuestra cofradía y eso jamás lo olvidaré. Como tampoco olvidaré la última vez que te vi en el Hospital, la Noche de Reyes, cuando Su Majestad Baltasar fue a visitarte.

Agotado por esa maldita enfermedad pudiste dedicarnos una sonrisa, como no podía ser menos. Supiste reconocernos a pesar de nuestra oscura apariencia, y los que allí estábamos no pudimos aguantar nuestra emoción hubo lágrimas y nudos en las gargantas. Al final, no se pudo cumplir tu sueño de realizar el saque de honor en Chapín pero seguro que tu recuerdo será imborrable en el estadio jerezano.

Seguro que cuando llegaste a la puerta del cielo, San Pedro te diría, "Hombre Manolito, aquí tienes tu papeleta número 1, pasa y busca al Diputado Mayor y que te coloque en una de las presidencias de la Gloria junto a Lete, el Padre Jesús, Mariano Ramírez, Paco Ruiz Cortina y otros muchos que integran nuestro cortejo celestial, no te olvides de don Rafael que seguro se alegrará de verte".

Y tú, Manuel, estoy convencido que has reconocido a Simón Pedro, habrás juntado tus manos y habrás mirado hacia arriba diciéndole a San Pedro que es la postura que lleva en el paso de Jesús del Prendimiento. La Virgen te mandará a cortar romero del cielo, ése romero que tú repartías cuando la hermandad del Rocío venía de regreso de la aldea almonteña hacia tu casa de Santo Domingo, para que ahora se lo des a los querubines y serafines que revolotean alrededor de la Madre de Dios.

Así podría seguir, contando muchos de los recuerdos que hemos tenido, pero quiero pedirte un favor. Recuérdanos siempre e intercede ahí arriba por todos nosotros para que podamos ser tan buenos como tú.

Descansa amigo, jamás te olvidaremos los que estamos ni los que vendrán.