Sacudida bancaria

a potente réplica experimentada por el sector bancario norteamericano después de terremoto sufrido en los meses finales del pasado año y que ha afectado a las mayores entidades del país revelan la fuerte inestabilidad del mundo financiero, pese a las inyecciones de liquidez y las operaciones rescate lanzadas desde el Gobierno y la Reserva Federal. La compra de Merrill Linch por el Bank of America cuando el primero entró en la espiral de la quiebra tras el desplome de Lehman Brothers se evaluó en su momento como un signo de fortaleza que permitiría a determinadas sociedades resistir el embate de la crisis y beneficiarse de adquisiciones en condiciones extremadamente favorables. Sin embargo, el primer banco de Estados Unidos no ha resistido el peso del lastre de la entidad adquirida. El revés que ha sacudido las Bolsas devuelve el pesimismo a la economía de los países desarrollados, en vísperas del revulsivo que se espera con la toma de posesión de Obama.