Incendian varias aletas de separación del carril bus de la calle Porvera

Si el día anterior los padres y madres del colegio La Salle San José, los comerciantes de la calle Porvera y vecinos recibían los cambios del Plan de Movilidad con protestas, ayer unos vándalos hacían todo lo contrario de lo que se debe hacer y quemaban varias aletas de tiburón, como se conoce a los pivotes que se usan para separar el carril bus situado en esta céntrica vía.

El desafortunado incidente se produjo durante la madrugada, confirmaron a este medio fuentes municipales, por lo que a primera hora de la mañana estos habían sido sustituidos.

Comerciantes del lugar indicaron además a este medio que el Cuerpo de Bomberos tuvo que intervenir de madrugada para sofocar el fuego.

La citada calle amanecía ayer con relativa tranquilidad frente al colapso y el caos originados el día anterior, en parte, por los cambios de tráfico y en parte por las protestas que incluyeron el corte de calle.

El portavoz de los afectados, Juan Sevilla, indicó en este sentido que el próximo viernes tendrá lugar una nueva protesta en la calle, que se desarrollará a partir de las nueve de la mañana y en la que de nuevo intervendrán numerosos afectados.

Pero la movilización más importante prevista es la que tendrá lugar el próximo día 3 de febrero, y en la que esperan reunir a numerosos convocantes para marchar de una punta a otra de la calle.

Ayer, quienes mostraron también una indignación mayúscula fueron los padres y madres de los alumnos del colegio San José La Salle. «Nunca he visto tantos policías juntos, esto se ha convertido en un estado de sitio. Cuando hubo inundaciones, no se veía ni un solo agente».

La presidenta del AMPA, además, aseguró que se están multiplicando las sanciones que están poniendo «a quienes aparcan un momento para recoger al niño, a quienes persiguen hasta la plaza de San Marcos para multarlos con 150 euros».

El Ayuntamiento, a pesar de las críticas, seguirá hacia adelante con las medidas del Plan de Movilidad. El caos de Porvera, no obstante, contrasta con la tranquilidad que, de momento, se ha observado en Honda.