Cartas

Hombre de letras

Pese a cometer faltas de ortografía, incluso cuando hablo, siempre me he tenido por un hombre de letras. Me gusta la lingüística, la filología, la historia, la filosofía, etcétera. Pero nunca hasta ahora había entendido el verdadero sentido de la expresión. He caído en la cuenta de que, para ser un hombre de letras, no es preciso saber nada de los conocimientos mencionados, ni mucho menos tener curiosidad o aprecio hacia ellos...

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Basta con desear gastar lo que no tienes, o adquirir todo cuanto necesites sin gozar de la nómina que pueda soportarlo.

Así, ves cómo poco a poco tus cuentas sustituyen uno a uno sus números por todas y cada una de las letras del abecedario, y desde la A a la Z, entre bancos, seguros, cajas, comercios y tarjetas, te vas convirtiendo en lo que en el gremio económico se llama hombre de letras, y no un hombre de números, que sería lo suyo.

Nicola Lococo. Chiclana