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Un frío que pela
Los termómetros jerezanos pulverizaron todos los registros en cuanto a bajas temperaturas provocando un frío que no se recordaba
Actualizado: GuardarCasi todos los que paseaban este fin de semana por Jerez pensaban que este frío no era normal. Cuentan los más veteranos que en los años cincuenta nevó en la ciudad. Posiblemente, desde aquellos años no ha hecho un frío tan intenso en la ciudad. El caso es que el frío no vino acompañado de una borrasca. De haberlo hecho, posiblemente hubiéramos visto la nieve en las copas de los árboles. Un paisaje que hubiera sido inmortalizado con las mil y una cámaras digitales que se manejan actualmente. En fin, otro año será.
Caía la tarde el pasado sábado, y era como si la Siberia rusa nos hubiera visitado. A las nueve de la noche apenas había un alma. Algunos establecimientos aguantaban el tirón, con las puertas cerradas y la calefacción a todo gas. «Un frío que pela, amigo», comentaba uno de los últimos de Filipinas que todavía aguantaba en la calle envuelto en un buen abrigo y bufanda al cuello.
La mañana de ayer domingo levantó un poco el intenso frío polar que nos ha azotado estos días. Gran consuelo ver el termómetro del Gallo Azul entre los siete y los ocho grados. Al solecillo del patio de San Fernando, en el Alcázar jerezano, daba gusto escuchar el Danubio Azul que la Banda Municipal interpretaba al mediodía. Antes había sonado la Marcha Radetzky, pero nadie se atrevía a quitarse los guantes y acompañarla con las palmas como es habitual en el Concierto de Año Nuevo.
Pronto la temperatura se volvió algo más jerezana. El sol era bastante agradable y apetecía aprovechar la mañana. «Hoy ya no hace tanto frío. Y aquí en el solecito, escuchando música, se está fenomenal», comentaba una señora que disfrutaba del concierto.
Los pronósticos dicen que vendrán un par de días más templados. Pero que nadie se confíe. A mediados de semana vendrán de nuevo las lluvias, acompañadas de bajas temperaturas para que el invierno sea completito.