
El caos continúa en el aeropuerto de Barajas pese a la mejoría del tiempo
Los pasajeros de un avión de Iberia con destino a Buenos Aires se amotinan tras 24 horas de retraso Miles de usuarios aguardan horas la salida de sus vuelos
Actualizado: GuardarMadrid amaneció ayer con buen tiempo, incluso con sol, lo que hizo que la nieve fuese remitiendo. A pesar de las favorables condiciones meteorológicas, Barajas fue un caos a lo largo de toda la jornada. Miles de pasajeros pasaron la noche deambulando por los pasillos en espera de la orden de embarque. La nevada que cayó el viernes sobre la capital desbarató por completó a uno de los aeropuertos con más tráfico del mundo.
Muchos pasajeros, apoyados en los carritos o tumbados en el suelo, supieron contener los nervios; otros, en cambio, pasaron a la acción, como los usuarios de un vuelo de Iberia con destino a Buenos Aires que llevaba 24 horas de retraso. La compañía pudo desalojar la nave una vez, a las 12.30 horas; posteriormente se comunicó al pasaje que el vuelo saldría a las tres de la madrugada. No fue así (el aeropuerto estuvo cerrado desde las 11.50 hasta las 16.40 horas del viernes) e intentaron desalojarlos de nuevo. Fue entonces cuando se amotinaron. Los pasajeros dijeron que no se apeaban de la nave y exigieron explicaciones. La Guardia Civil tuvo que intervenir para calmar los ánimos.
Durante la mañana se efectuaron una media de 78 operaciones a la hora (39 despegues y 39 aterrizajes) de los 985 previstas, a través de dos de las cuatro pistas del aeropuerto. En circunstancias normales se programan unas 1.200 operaciones. 166 vuelos tuvieron que ser cancelados. Los retrasos fueron de casi dos horas y media en la T-4 y hora y media en el resto de terminales.
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) abrió por la tarde una tercera pista. Este organismo calcula que unas 45.000 personas han sufrido los retrasos.
Maletas volanderas
Durante la jornada, la nieve se derritió con facilidad en las entradas y salidas de las terminales, pero las palas excavadoras (cinco de Aena y dos de la Unidad Militar de Emergencia) continuaron operando a pie de pista. Cien personas ayudaron a las palas mecánicas a limpiar las placas de hielo -Madrid amaneció con seis grados bajo cero- para restablecer la normalidad en las cuatro pistas. Los aviones que pasaron la noche a la intemperie también fueron sometidos a operaciones de deshielo.
La directiva de Aena recomendó a los potenciales viajeros que consultasen con las compañías la previsión de sus vuelos. Una vez que se restablezca la operatividad aérea queda la segunda parte: las maletas. El desbarajuste en las salas de equipaje era de nota. Muchos viajeros tendrán que añadir más gotas de paciencia antes de poder recuperarlas. Una brasileña embarazada mostraba, sentada en el suelo, toda su indignación: «Me siento maltratada; no volveré a venir jamás a Madrid».
Las incidencias de Barajas repercutieron en el aeropuerto barcelonés de El Prat. donde se registraron acusadas demoras en sus enlaces con la capital. Los procedentes de Latinoamérica alcanzaron, en algunos casos, retrasos de más de dos horas.
La climatología fue un problema añadido a la huelga de celo que mantienen los pilotos de Iberia desde el pasado mes de diciembre. La compañía ha presentado una demanda contra el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) y contra once miembros de esta organización en Iberia por los daños y perjuicios provocados con la huelga. Los daños, según esta compañía aérea, ascienden a 13 millones de euros.