CALLE PORVERA

El gigante chino toma el mando

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuántas veces hemos escuchado historias de nuestros padres, tíos o abuelos sobre las penurias que pasaron en la postguerra por el hambre y la falta de productos básicos. A los niños de ahora esas penurias les sonarán a chino, porque en una sociedad como la actual, donde el consumo impera sobre todas las cosas, parece impensable que en épocas anteriores se viviera con tan pocos recursos.

Esta idea me vino a la cabeza porque ahora a nadie se le ocurre, por ejemplo, coser un pantalón roto, o alguna prenda que ha sufrido desperfectos, ni tampoco arreglar juguetes y demás utensilios. Son cosas del pasado, que además han quedado obsoletas ante la gran cantidad de productos asequibles para cualquier economía, que se pueden adquirir en las distintas tiendas que suelen regentar personas de origen chino, pero también en algunas franquicias de los grandes centros comerciales. Comprar se ha convertido en una práctica muy asequible para cualquier bolsillo y eso hace que el fervor consumista crezca, quizá de manera desmesurada, para adquirir productos que muchas veces sólo se usan una vez y en algunos casos, nisiquiera eso.

Precisamente, el otro día vi un reportaje que explicaba los motivos de su bajo precio. Al parecer uno de ellos es que el transporte desde Oriente no es tan costoso como cabría pensar porque los enormes barcos trasladan al resto del mundo toneladas de productos, que a su vez se fabrican por un coste muy pequeño. Mientras tanto, la gigante China aumenta su poder económico y de paso mejora la calidad de vida de sus ciudadanos. No obstante, las previsiones auguran que en diez años debe llegar la crisis a la venta de productos baratos.

jaguilar@lavozdigital.es