La peor apuesta

Gracias a Dios, no hubo víctimas como consecuencia del atentado contra EITB. No obstante, es grande la desazón que sentimos los que trabajamos para el ente por lo ocurrido. Trabajamos al servicio del país con el mejor de los ánimos. Y nos cuesta entender que quien dice apostar por Euskal Herria lo haga del peor modo posible. En los trozos arrancados del edificio está el alma de quienes día a día elaboran información y de quienes la reciben.

Quizá por ello, la sinrazón de los autores del ataque resulta aún más indignante. Las bombas no deben socavar los pilares de una sociedad fundada sobre la pluralidad de voces. EITB trabaja a diario para ser reflejo de esa riqueza social. Sus trabajadores y trabajadoras lo hacen con una ilusión y un esfuerzo que ningún artefacto explosivo puede acallar. Prueba de ello fue la excelente labor realizada minutos después de que la bomba alterara la que debía ser una jornada tranquila de fin de año.

Buen trabajo, compañeros.

Raúl Arkaia. Empleado de EITB.