PINCHITO MORUNO

música

Hay muchas formas de rebeldía y no cabe duda de que Cádiz está falto de eso, de rebeldes. La rebeldía no siempre está protagonizada por los jóvenes y no siempre se manifiesta con un letrero pintado en una valla con alguna palabra poco correcta, con una manifestación o con un grito en un acto público. A veces la rebeldía la hace gente con muchos años y de forma muy elegante, tan elegante como poner en marcha una orquesta de música clásica y un coro como ha hecho Antonio Oltra que estrenó junto a 66 personas más un viejo sueño, el de contar en la ciudad de Cádiz con una formación dedicada a interpretar música clásica.

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Y no digo que Antonio Oltra y sus 66 músicos y cantantes sean unos rebeldes en el mal significado que tiene, injustamente, esta palabra a la que muchos dirigentes le tienen tanto miedo, sino en el sentido de ser capaces de no quedarse quietos y montar un sueño, sobre todo, si esto se hace en una ciudad tan adormecida como Cádiz cuya máxima dirigente se inquieta porque los jóvenes sean invitados a hablar...no vaya a ser que descubran el pastel y la liamos, que a estos no se les contentan con una grada para el fútbol o con una merienda gratis por cumplir 80 años.

Oltra y sus 66 músicos se han atrevido a formar una orquesta de música y se han estrenado con un concierto en El Puerto de Santa María, en el Hotel Monasterio. No es mal sitio. Además es bueno que vayamos aprendiendo a que los estrenos son tan gaditanos y tan importantes tanto en El Puerto de Santa María como en Puerto Real o en Chiclana porque otra rebeldía que algún día habrá que afrontar es entender que vivimos en un área llamada Bahía de Cádiz y que las murallas situadas en Cortadura son tan sólo ya un monumento, muy bonito, eso sí, pero que ya no nos defiende de nada, ni sirve para separarnos de nada. Bueno sí, si nos empeñamos, nos separa del futuro si no somos capaces de comprender que éste está en la unión de todas las ciudades que están en este cachito de España.

Oltra ha decidido rebelarse, con la educación y la elegancia de la música clásica, pero rebelarse, en el sentido de ponerse en marcha, por encima de esperar a que se lo den todo hecho. En la Bahía de Cádiz, y particularmente, y perdonen que personalice, en el interior de esa muralla que ya no nos separa de nada en Cortadura, son necesarios muchos rebeldes como Oltra y sus 66 músicos y cantantes. Gente que sea capaz de poner en marcha iniciativas culturales que nos lleven más allá del Carnaval y de los conciertos de bandas de Semana Santa. Iniciativas también muy válidas e interesantes, pero no las únicas que merecen atención.

Pero sería injusto no nombrar a otros rebeldes que también trabajan por la cultura de Cádiz y que siguen ahí en el olvido. En estos días, casi de tapadillo, pero con lleno hasta la bandera, se han vuelto a representar los autos de Navidad de la Tía Norica de Cádiz; un teatro de marionetas tan singular que cualquier ciudad del mundo se daría cachetás por contar con él como atractivo turístico de primera clase. En cambio aquí pues lleva años y años luchando, rebelándose, por lograr un museo y una sede que nunca llega...al final a lo mejor le encuentran un sitio en los bajos del Carranza, que parece ser que es la única obra que preocupa en esta ciudad. Ojalá el ejemplo de Oltra sea seguido por mucha gente y muchos nos rebelemos para el 2012 de esta forma tan elegante. Cádiz necesita rebeldes, gentes que alcen la voz, que se hagan escuchar y nos saquen del letargo en que nos encontramos.

Ahora que el puñetero 2008 se va, con su crisis y demostrando que algunos grandes ricos también pueden ser grandes sirvengüenzas, es bueno recibir al 2009 con ganas de empezar a cambiar lo que tenemos, con ganas de rebelarse, de la forma tan elegante en que se ha rebelado Antonio Oltra. Ojalá en 2009 surgan muchos más rebeldes, falta nos hace.