Los discípulos anónimos del Barón de Coubertin
Los paralímpicos de España son referencia mundial desde Barcelona'92
Actualizado: GuardarSi el Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, levantase la cabeza, se sentiría orgulloso de lo que representa el movimiento de deportistas discapacitados. Aquella vieja idea de que lo importante es participar resultó incomprendida. Parecía insensata. El pedagogo e historiador francés soñaba con poder juntar en una extraordinaria competición a los atletas de todo el mundo bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, de competir por competir. Un ideal encarnado por los paralímpicos.
Se preparan con becas que, en el mejor de los casos, ascienden a 8.000 euros anuales, una milésima parte de los ingresos con los que se lucran los famosos astros del fútbol. Héroes desconocidos, se entrenan día y noche para derrotarse a sí mismos; en muchos casos, tienen que dejar de lado a su familia y amigos para someterse a la disciplina de los Centros de Alto Rendimiento de Madrid o Barcelona. Hallan en el deporte un medio idóneo para su completo desarrollo personal y social.
Lejos de lamentarse o resignarse por sus mermas físicas, mentales o sensoriales, simbolizan a la perfección valores intrínsecos al deporte: afán de superación, perseverancia, integración, respeto a la persona, tolerancia, trabajo en equipo, autodisciplina, responsabilidad, cooperación, honestidad, lealtad y, por supuesto, acatamiento de las reglas. Alejados de las portadas, los grandes titulares, las entrevistas mediáticas, los Nadal, Gasol, Alonso y compañía..., se preparan durante cuatro años para disfrutar en los Juegos Paralímpicos.
España participa en este certamen desde la tercera edición, celebrada en Tel Aviv'68. Una presencia casi testimonial hasta que se aprovechó el tirón de Barcelona'92 para dar el gran salto de calidad. Desde entonces, siempre se ha mantenido entre los diez primeros países del escalafón mundial. En las cinco citas paralímpicas que discurren entre Barcelona y Pekín'08, el número de medallas españolas se eleva hasta 444. ¿Quién se acuerda de estos gladiadores? Cuatro titanes explican en este reportaje sus vivencias.