Jovencito, consume democracia
Cádiz siempre ha sido una provincia con un enorme potencial de I+D+I en materia de pintadas, desde los coranzocitos con una flecha y un par de nombres hasta las que alertaban de los peligros de la NSA. En Chiclana, a una del MC la elevaron incluso a la categoría de azulejo ornamental. Y la capital gaditana ha sido pródiga en tales manifestaciones artísticas, desde la primera del tardofranquismo, que se vislumbró según el Carbono 14 en una bocacalle de la calle Nueva, hasta las del Zorro Justiciero, que pedía donuts sin agujeros en los muros de la transición. Por no hablar de los grafiteros actuales, que incluso ganan premios y subvenciones.
Actualizado: GuardarAsí que considero profundamente injusto que la alcaldía de Cádiz responsabilice de las pintadas antisistema del colegio Carlos III a la campaña Resistencia 2012 que han emprendido a pachas el Instituto de la Juventud, el ministerio de Igualdad y otras instituciones. Se trata, al parecer, de quitarle la caraja democrática de encima a buena parte de los jóvenes y jóvenas (Carmen Romero dixit) de los tataranietos de Fermín Salvochea que ahora prefieren rendir culto a los lacios y a los juancojones y no me refiero precisamente a la chirigota del Selu sino a sus musas.
Ataviados con monos que tributaban un sincero homenaje al hombre blanco de Colón, varios grupos de jóvenes recorrieron el centro urbano de Cádiz durante el pasado fin de semana. Repartían, eso sí, sospechosos y bienintencionados folletos en los que se pretendía catequizar a los transeúntes sobre la importancia que tienen derechos fundamentales como el de expresión, reunión y asociación, o el voto femenino. Lo que resulta muy conveniente en estos tiempos de alzheimer colectivo, para que obren milagros como rabitos de pasas para aquellos que no vivieron la dictadura de Franco ni los años previos a la Segunda República Española, cuando las sufragistas tenían más problemas para llegar a una urna que para que todavía ahora no le den cajonazos a las agrupaciones femeninas en el concurso del Falla.
Cádiz también es especialista en debates chorras y este lo es a gran escala. Para mi que Teófila Martínez se ha compinchado con Bibiana Aido para hacerle publicidad gratuita a este invento que, a simple vista, sólo intenta avisar a los más bisoños de que también va con ellos la conmemoración de la primera constitución democrática de este país.
Por mucho que la alcaldía insista en que el Gobierno pretende lanzar piedras sobre su propio tejado al fomentar de esta forma a los antisistema, cualquiera que le eche un vistazo a la web, www.resistencia2012.org, comprobará que, por mucho que diga San Juan de Dios, ese grupo ficticio está más cerca de Bambi que del Cojo Manteca. Ojalá no hiciera falta ninguna campaña institucional para que pijos, canis, góticos e incluso los anarquistas del black block, se convencieran de la conveniencia de que las palabras libertad, igualdad y fraternidad no debieran pasar nunca de moda. A lo peor, tiene razón el Ayuntamiento y resulta que todavía la democracia puede ser subversiva. Pero lo que estos afiches parecen decirnos es algo así como «jovencito, consume democracia». Creo que, en La Sorbona, no hizo falta hacer nada parecido en mayo del 68. Las comparaciones, en este caso, no son odiosas sino inevitables.