Joaquín busca descendiente
El jugador portuense del Valencia regaló sonrisas y consejos y compartió sus comienzos en el fútbol con más de 150 chavales del CD Divina Pastora Sanluqueña
Actualizado: GuardarAquellas tardes en las que todo eran sonrisas y juegos, un niño mostraba sus dotes durante horas y horas en la plazoleta cercana a su casa. De mayor sería como Figo. Maravillaría al público del Camp Nou, del Santiago Bernabéu, del Vicente Calderón, del Sánchez Pizjuán, de Riazor... Vería cumplido su sueño de ser futbolista.
Ese chaval curtido en las calles de El Puerto de Santa María es hoy por hoy uno de los jugadores nacionales más cotizados, se codea con las estrellas y puede alardear de que cuenta entre sus recuerdos con una camiseta que le regaló, precisamente, ese ídolo al que soñaba emular en sus tiempos de colegial, y contra el que tuvo el placer de enfrentarse en un partido de Primera División.
Joaquín Sánchez volvió a sentirse ayer como un niño. Disfrutó como un enano enseñando todo lo que ha aprendido a los más de 150 chavales del Club Deportivo Divina Pastora Sanluqueña que se dieron cita en el Campo Municipal El Picacho.
Tuvo tiempo para desvelar el secreto de la joaquininha, e incluso se llevó alguna que otra cachita. Repartió entre los chavales multitud de consejos. Debió enfrentarse también a la descarada inocencia de los más pequeños. «¿Por qué no vas a la selección?», cuestionaba uno de los más avispados. «¿Vas a volver al Betis?», se entusiasmaba otro, alardeando de compartir con su ídolo su afición por los colores verdiblancos. Joaquín sacó el capote y se escabulló como pudo. Se sintió más cómodo cuando le instaron a que hiciera voleitas con un balón.
Por momentos, el de El Puerto rememoró los tiempos en los que daba sus primeros pasos en las filas de Los Frailes, primero, y del Safa San Luis después. Esos en los que jugaba al fútbol para divertirse. Luego llegaría su periplo por los escalafones inferiores del Betis y su primer contrato como jugador profesional. «Fue entonces cuando me dí cuenta de que estaba a sólo un pasito de ver cumplido mi sueño de jugar en Primera División». Joaquín recordó también que su mejor gol fue «de volea contra el Tenerife» y que se lo dedicó a su padre «por todo lo que se ha movido siempre por mí».
Promesas de futuro
Habló de su pasión por el fútbol y dejó su semilla en un grupo de jovenzuelos que, como él en su momento, se calzan cada fin de semana las botas pensando en que llegará el día en que puedan defender la camiseta del equipo del que hoy son aficionados, en el que juegan sus ídolos y donde esperan, como Joaquín, convertirse en unos triunfadores.