Pulmones del sur de América para la media
Andrés Fleurquin y Víctor Ormazábal se han afianzado en el doble pivote cadista Ambos tienen la confianza plena del entrenador y han desterrado un viejo debate
Actualizado: GuardarEl doble pivote del Cádiz ha encontrado la estabilidad que le faltaba en los últimos años. La conexión sudamericana entre Andrés Fleurquin y Víctor Ormazábal está funcionando a la perfección. Y eso que la competencia es dura. Bezares sigue esperando la oportunidad de entrar en el once para no salir del mismo. Incluso Carlos Caballero o Fran Cortés pueden retrasar su posición para actuar en esa demarcación, como lo han hecho en determinados momentos de la competición.
El caso es que Javi Gracia parece haber encontrado el equilibrio con Fleurquin y Ormazábal. Sólo se han perdido algún encuentro por lesión o sanción. El técnico no duda en alinearlos cuando están disponibles. Ambos han jugado 15 partidos, todos ellos como titular.
Este dato contrasta con el de Bezares, quien ha participado en el mismo número de partidos que sus dos compañeros, aunque sólo salió dos veces de inicio. Resulta revelador el reparto de minutos del preparador cadista. Mientras Ormazábal y Fleurquin acumulan 1.309 y 1.285 respectivamente, el de Guadiaro apenas alcanza los 300.
Uno de los grandes problemas del equipo en campañas anteriores radicó en el doble pivote. El Cádiz ha obtenido mejores resultados cuando ha encontrado una pareja fiable a la que se le da continuidad.
Por el plantel cadista han desfilado en los últimos años una gran cantidad de medios centros. A saber, Roberto Suárez, Manolo Pérez, Sergio Rodríguez, Abel Buades, Quevedo, Benjamín, Parri, Diego Rivas, Miguel García, Morán Muchos han sido los nombres que llegaron para competir por un puesto en la medular. Salvo contadas excepciones, la mayoría salió por la puerta de atrás sin cumplir las expectativas que se crearon tras sus contrataciones.
Sólo hay que echar un vistazo a la Liga anterior. A estas alturas de temporada el equipo dirigido entonces por Antonio Calderón no encontró un doble pivote estable. Diego Rivas, Bezares y Fleurquin eran los que más partidos acumulaban, pero la escuadra amarilla sólo funcionaba cuando jugaba el primero. Parri y Miguel García también fueron alineados en esa demarcación en las 17 primeras jornadas ligueras.
En la temporada 2006-07 también se produjo un baile de jugadores en la medular. Miguel García, Bezares y Fleurquin se repartieron los minutos, pero no terminaba de cuajar ninguna pareja. Sergio Rodríguez defraudó en el inicio y en el mercado invernal se contrató a Abel Buades, todo un fiasco. Incluso se probó con Fernando Morán en esa demarcación en un par de partidos, pero tras la destitución de Oli el madrileño pasó al olvido y con Jose González lo poco que jugó fue en la media punta.
Los mejores momentos llegaron con un doble pivote fijo. Sucedió en la última campaña en Primera. El gran inicio liguero con el once de Chapín incluía a Suárez y Fleurquin en el doble pivote. Luego llegaron los cambios, pero ni Benjamín, ni Manolo Pérez, ni Bezares, resultaron efectivos.
Dos de las parejas más recordadas por los aficionados son las formadas por Bezares y Manolo Pérez, con la que el Cádiz enganchó una racha de siete victorias consecutivas en la campaña 2004-05 que le sirvió para forjar su ascenso, y Suárez con Manolo Pérez, llegando a colocar al equipo en lo más alto de la tabla pese a ser un recién ascendido de Segunda B.
Ambos se entienden a la perfección, aunque Fleurquin advierte que «los rivales conocen ahora nuestro juego y por eso cada vez se hace más complicado ganar». Ormazábal, por su parte, reconoce que «tengo que asumir más riesgo que antes para darle salida al ataque».