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El ordenador de 'Thierry' revela que fue el jefe militar de ETA por encima de 'Txeroki'
La Policía gala ha necesitado cinco meses para descifrarlo Dos de los detenidos el martes eran sus peones de confianza
Actualizado: GuardarJavier López Peña, 'Thierry', detenido en la localidad francesa de Burdeos el pasado 20 de mayo junto a otros colaboradores y dirigentes etarras, no sólo era el jefe 'político' de ETA. Antes de su captura fue también el máximo responsable de los comandos de la banda y tuvo el poder absoluto en la organización, por encima de Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', o de Aiztol Iriondo, 'Gurbitz', arrestados en las últimas semanas y a los que las fuerzas de Seguridad colocaban en la cúspide del 'aparato militar'.
Los documentos incautados en la memoria del ordenador de 'Thierry', remitidos a la Guardia Civil a finales de noviembre por las autoridades galas, han forzado a los responsables del Ministerio del Interior a rehacer los organigramas de la jefatura etarra. Según informaron ayer mandos de la lucha antiterrorista, los archivos de la computadora de López Peña, que han sido «totalmente descifrados» tras cinco meses de trabajo de los especialistas galos, están «plagados» de datos operativos sobre comandos, seguimientos a posibles víctimas de atentados y órdenes a activistas.
'Thierry', que vuelve a aparecer como el promotor último del atentado de la T-4 del 30 de diciembre de 2006, con el que ETA rompió la tregua, «centralizaba» los datos de 'comandos de información' como el desarticulado la madrugada del martes en Guipúzcoa con la captura de Arkaitz Landaberea Torremocha y Julen Etxaniz García.
Estos dos activistas 'legales' no eran unos terroristas más, ni un simple 'comando de información': eran «personas de confianza» de 'Thierry', una suerte de «delegados en España» del máximo jefe de ETA, y tenían comunicación directa con el cabecilla etarra, supuestamente a través de e-mail. Los expertos de los servicios de Información todavía investigan la implicación de sus novias, June Villarrubia Mitxelena y Saioa Urbistazu Arrieta, en esas labores de espionaje para ETA, y no descartan que desconociesen a qué se dedicaban sus parejas.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que este 'comando' había hecho seguimientos muy exhaustivos a dos agentes de la Guardia Civil en Guipúzcoa, hasta el punto de que les vigilaban incluso cuando los funcionarios llevaban a sus hijos a la escuela. Una de las detenidas, sin que se especificara cuál, trabajaba en la guardería donde un agente llevaba a su hijo.
Esos datos, que han aparecido en el ordenador de Thierry, demuestran, según Pérez Rubalcaba, la «catadura moral» de los detenidos. Además, Landaberea y Etxaniz propusieron a López Peña otros atentados contra «multitud de ertzainas» cuyos nombres, domicilios, matrículas de vehículos particulares y coches camuflados y rutinas habían sido controladas.
La memoria informática incluía también datos sobre políticos del PP de San Sebastián y localidades de los alrededores, según informaron fuentes de la investigación, que esperan además a conocer el contenido de las cincuenta memorias USB incautadas a Landaberea, informático del diario 'Gara'.
Rubalcaba señaló que la aparición de este comando dedicado en exclusiva a recopilar información para pasarla a la cúpula, que a su vez la entrega a otros 'taldes operativos', era una práctica que ETA no utilizaba desde hace años.
'Motu proprio'
El ministro apuntó que los detenidos actuaban en «un doble sentido»: recopilaban datos sobre futuras víctimas 'motu proprio', pero también trabajaban a la carta a petición de los dirigentes de la organización terrorista.
En el ordenador de López Peña han aparecido «decenas» de seguimientos similares realizados por otros 'taldes' de información todavía no descubiertos y que, supuestamente, hacían llegar esa información al jefe militar a través de correos electrónicos.
Mandos del instituto armado revelaron que en esa computadora hay datos sobre cuatro políticos del PP de Álava y Vizcaya, infraestructuras en Andalucía, concejales no nacionalistas de otros puntos del País Vasco y diversos edificios oficiales. Los investigadores creen que 'Thierry', como máximo dirigente de los comandos, era el que decidía qué objetivo estaba maduro y era viable. Y hacía llegar esta información a los 'taldes operativos'.
No todos los seguimientos contenidos en su ordenador eran pormenorizados, por lo que los agentes creen que Javier López Peña los almacenaba a la espera de completarlos antes de mandarlos a los comandos a través de 'Txeroki', al que ahora los organigramas sitúan como un subordinado de López Peña, al menos hasta su captura.