increíble
Los datos que conocemos hasta ahora sobre el asunto Maddoff conforman una historia que resulta, sencillamente, increíble. No es posible que una sola persona haya sido capaz de engañar tanto, a tantos y durante tanto tiempo. El mundo financiero, incluso el más pedestre, se ha sofisticado de tal manera que, a los no expertos y a muchos de los supuestos expertos, les resulta dificilísimo seguir su andadura y controlar su insondable evolución. Pero esto ya es demasiado. Una sola persona no ha podido hacer algo como lo que se le acusa a Maddoff sin la colaboración activa de muchos otros, más el consentimiento tácito de varios más. El cumplimiento de las formalidades inherentes a una operación financiera implica a numerosos actores.
Actualizado: GuardarEl comercial capta el dinero del cliente; el gestor decide cómo invertirlo; el operador efectúa la compra del activo seleccionado; el contable apunta la operación; una entidad, habitualmente diferente de la primera, recibe en depósito el activo comprado; alguien en administración calcula periódicamente la posición patrimonial del cliente; más tarde, el auditor interno y luego el externo, analizan la coherencia de todo ello y, por fin, el regulador oficial inspecciona el conjunto.
El error ha sido un acompañante fiel de la humanidad y la estafa surgió con ella, pero, erigir una pirámide de 50.000 millones de dólares durante más de una década es algo que sobrepasa de largo mi capacidad de comprensión. Hay muchos que tienen que dar muchas explicaciones y el primero de todos la propia SEC, el regulador americano. Todos los que hemos pensado siempre que era superior a la europea en criterios, actuaciones y eficacia controladora tendremos que revisar nuestra obsoleta opinión. Hay tantas cosas que deberemos revisar tras haber vivido el año 2008... Cuanto antes empecemos, tanto mejor.